Esta gente me da mucha pena, casi, casi apátridas, sin saber muy bien ni quienes son ni adonde van.
Tengo una amiga que cada dos o tres meses, se va allí, a ver las escuelas, los amigos, y a llevarles sobre todo... ánimos.
Aquí en Castellón, todos los veranos vienen un centenar largo de chicos que son acogidos por diferentes familias, y estábamos pensando muy seriamente ver si este verano, pudiéramos apadrinar o traer alguna de ellas aquí.
Ya os contare.
Gracias Camilo por sacar a la luz todos los trapos sucios que en su día tuvimos.
Karma.
