La Nestlé solicitó una reunión con el Papa en el Vaticano. Después de recibir la bendición del mismo, el representante de la Nestlé le comentó:
- Su Santidad, tenemos una oferta. La Nestlé está dispuesta a donar 50 millones de euros a la Iglesia Católica si Su Santidad muda una frase del Padre Nuestro, y donde dice “el pan nuestro de cada día” queremos que diga “el chocolate nuestro de cada día”.
El Papa responde:
- Eso es imposible. Esa oración es la palabra del Señor, y no puede ser cambiada.
- Bien – dice el representante -, ya suponíamos que no iba a acceder, así que le aumentamos la oferta a 100 millones de euros. Todo lo que le pedimos es que cambie la frase de “pan” a “chocolate”.
De nuevo, el Papa responde:
- Eso, hijo mío, es imposible. La oración es palabra de Dios y no se puede cambiar.
Finalmente, el hombre de Nestlé dice:
- Su Santidad, en nuestra empresa respetamos su fe, pero tenemos una oferta final: donaremos 500 millones de euros a la Iglesia Católica, simplemente por cambiar la frase “el pan nuestro de cada día” a “el chocolate nuestro de cada día”. Por favor, piénselo.
Al día siguiente, el Papa convoca el Colegio de Cardenales y dice:
- Tengo dos noticias para dar, una mala y otra buena. La buena noticia es que la Iglesia va a recibir una donación de 500 millones de euros.
- ¿Y la noticia mala, Su Santidad? – pregunta un cardenal.
Y el Papa responde:
La mala noticia es que vamos a rescindir el contrato con la Bimbo
