El personaje de microrrelatos tiene una vida perra. A veces guapo, pero casi siempre feo y contrahecho. Más pobre que rico. Conoce bien el desamor, la violencia, la maldad, el engaño, el desempleo, la guerra, la cárcel, el hambre, la enfermedad y la sed. Ha recorrido mil lugares que no conoce. Ama demasiado, pero funda pocas familias y menos amistades duraderas. Dice que tiene escasa continuidad vital y repite: qué difícil es existir sin edad. Quizá por eso se suicida tanto y tantas veces se deja asesinar. Sin suerte. Hastiado del cielo y del infierno, hoy, definitivamente, me lo ha pedido: eugenesia o eutanasia.
(Microcuento de esos que me gustan a mi, escrito por Hiperbreves y leido en esas interneses de Dios)
