Jorge58 (sin comentarios)
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« : 28 de Octubre 2009, 14:17:08 » |
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(del diario Olé)
Efecto bomba para asegurar una mayor cantidad de ventas? No parece necesario, más bien es una necesidad de volcar en papel la verdad oculta. Próximamente, el 9 de noviembre, aparecerá la autobiografía de Andre Agassi, titulada Open (Abierto), y en ella el Kid de las Vegas hace una confesión histórica: admite haberle mentido a la ATP y consumido metanfetaminas (chrystal meth, en inglés) en 1997, su peor año, en el que jugó poco y salió del top 100.
La metanfetamina es una clase de anfetamina más potente, que se puede fumar, ingerir, inhalar o inyectar. Según los especialistas, el consumidor siente una estimulación rápida, una sensación de euforia que puede durar de seis a ocho horas y disminución de apetito.
La noticia apareció primero en el Twitter de Richard Deitsch, periodista de Sports Illustrated, aunque su entrada en la red social de mensajes cortos fue removida rápidamente. New York Daily News fue el primer diario en publicar la noticia, ayer, y en la edición de hoy del Times británico, el periodista Neil Harman revela las palabras de Andre en la autobiografía, la confesión misma...
Agassi recuerda estar sentado con un asistente, al que llama Slim...
"Slim está estresado también... Me dice: "¿Querés volar conmigo? ¿Con qué? Gack. ¿Qué demonios es Gack? Crystal meth. ¿Por qué lo llaman Gack? Porque es el sonido que tu haces cuando estás volado... Te hace sentir como Superman, amigo".
"Como si las palabras surgieran de la boca de otro, me oigo decir... '¿Sabes qué? Al diablo... Sí, volemos".
"Slim tira una pequeña pila de polvo en la mesa de café. La corta y la aspira. La corta de nuevo y yo aspiro un poco. Me reclino en el sillón y considero el Rubicón (NdeR: río que Julio César dudó de cruzar, porque hacerlo significaba iniciar una guerra civil)".
"Hay un momento de arrepentimiento, seguido de una vasta tristeza. Luego viene una corriente fuerte de euforia que barre con cada pensamiento negativo en mi cabeza. Jamás me había sentido tan vivo, tan optimista, y nunca con tanta energía".
"Me invade un desesperado deseo de limpiar. Recorro mi casa, limpiando de principio a fin. Desempolvo los muebles, frego la bañera, hago las camas...".
La peor noticia le llegó cuando caminaba por el aeropuerto de Nueva York. Lo llamaba un médico de la ATP, que le contó que había dado positivo en un examen antidoping. "Me recordó que el tenis tenía tres clases de violaciones al código... Clase 1, las que mejoran el rendimiento y conllevan una suspensión de dos años... La metanfetamina estaría en la Clase 2, droga recreacional... Significaría tres meses de suspensión". En ese momento, Agassi eligió el camino de la mentira. Le escribió una carta a la ATP "con mentiras mezcladas con pizcas de verdad". Allí contó que Slim, a quien despidió, era conocido por su adicción, que mezclaba las anfetaminas en sus bebidas, lo cual era cierto. "Y llegué a la mentira central de esto, en decir que accidentalmente tomé una de las bebidas de Slim...".
Agassi dice sentirse avergonzado. El libro es su forma de contarlo.
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