Gnomo con saludo nazi es investigado por policía alemana
BERLIN (Reuters) - Fiscales alemanes de Nuremberg iniciaron una investigación para indagar si el gnomo dorado con un brazo en alto, al estilo del saludo de Hitler, creado por un artista viola las estrictas leyes del país contra el uso de símbolos nazi.
El gnomo, de 35 centímetros de alto, es uno de los 700 creados por el artista alemán Ottmar Hoerl que han sido exhibidos en Bélgica e Italia.
Los fiscales de Nuremberg lanzaron la investigación tras un reclamo presentado ante la policía local, dijo el portavoz de la autoridad, Wolfgang Traeg.
Realizar el prohibido saludo de Hitler o usar símbolos nazi es considerado un crimen en Alemania y ambos actos son penados con hasta tres años de prisión.
Hoerl, quien también creó el gigante símbolo azul y amarillo que fue levantado frente al Banco Central Europeo en el 2001, dijo que está sorprendido por el alboroto en torno a sus duendes barbudos.
"Los nazi me hubieran ejecutado si hubiese representado a la 'raza superior' como gnomos en 1942", dijo el artista alemán, de 59 años, en una cita publicada por la edición online de la revista Stern.
El gnomo dorado y con una sonrisa traviesa, fue originalmente uno de los 700 duendes usados en una exposición del 2008 llamado "Dance with the Devil" en la ciudad belga de Ghent. Los gnomos también fueron exhibidos sin objeciones en Bolzano, Italia, y Aschaffenburg, Alemania.
"En Bélgica todos comprendieron el significado", dijo Hoerl. Los gnomos llevan la palabra "envenenado" escrita sobre su base.
Los gnomos están a la venta por 50 euros (70,53 dólares) cada uno, y al menos 400 de los 700 trabajos originales de la colección están actualmente en exhibición en Aschaffenburg.
Hoerl es un aficionado de los gnomos. En el 2006 fabricó 1.200 con los colores de la bandera de Alemania -negro, rojo y dorado- para una exposición en Karlsruhe.
Los gnomos tienen su origen en Alemania desde fines del siglo XIX, y figuran en numerosos cuentos de hadas germanos como fuerzas del bien y el mal.
(Editado en español por Patricia Avila)
Ya ni en los gnomos podemos confiar.
