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Autor Tema: Cara Quemada (semi-borrador)  (Leído 1507 veces)
tomcab58
Novatill@
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Aupa PeterPaulXXX.com


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« : 9 de Junio 2009, 00:17:02 »

   Amigos,este relato se me esta resistiendo desde hace muchos años,por tanto,admito sugerencias y colaboraciones,participareis,como co-autores.
¿quien se anima?

Saludos

Teo           



                                  CARA QUEMADA
 

      La sirena de aquella fabrica anunciaba el fin de la jornada de trabajo de la mañana; los trabajadores se dirigían a los vestuarios, unos para cambiarse, porque iban a comer a sus respectivas casas y los otros para asearse un poco e ir al comedor que la propia empresa tenia para ellos dentro del recinto fabril; este era el caso de Bartolomé (Bart, para los amigos, que eran pocos).
       Bart se puso rápidamente en la cola con su bandeja para escoger lo que iba ha comer; cuando lo tuvo, se dirigió hacia una mesa que estaba vacía; nadie se sentó en esa mesa con él, como todos los días de la semana laboral, tuvo que soportar semejante desplante de sus compañeros de trabajo, pero Bart ya estaba acostumbrado a ello y no le daba importancia a esa conducta de los demás, porque él, a sus veinte años, se consideraba una persona afable y
respetuosa con todos y además entendía que su persona emanara un cierto repelus, a causa de las graves quemaduras que había sufrido cuatro años atrás y que le habían dejado unas secuelas muy visibles en su cara y cuello, así como la parte izquierda de su cabeza, que él cubría con una boina, para que su aspecto no fuera tan desagradable a los ojos de los demás, hasta en sus manos,
se veía los efectos del fuego.
-   Hola,¿puedo?- pregunto, alguien.-
-   Si, claro – contesto - ¡Hola!.-
-   ¿Cómo aquí tan solo?.-
-   Bueno, no puedo obligar ha nadie a que se siente conmigo a la mesa, señor.-
-   Llámame, Padre.-
-   No puedo, Ud. no lo es, señor.-
-   Pertenezco a la Iglesia, hijo.-
-   Yo no, señor, soy  agnóstico, no creo, ni en su Iglesia ni en ninguna otra y por favor no me llame “hijo”.-
-   Esta bien, chico, pero podemos ser amigos, ¿no?.-
-   Si claro, en eso si creo.-
-   Dime tu nombre, chico, yo soy Pedro.-
-   Bartolomé (Bart para los amigos).-
-   Bueno, Bart, ¿quieres que hablemos del porque estas siempre solo?.-
-   Para que, no lo ve Ud. mismo, soy muy desagradable a la vista de los demás.-
-   Pues yo no veo nada desagradable en ti, Bart.-
-   Será porque es cura y su religión no se lo permite, digo yo.-
-   Y en la cadena,¿es lo mismo?.-
-   Allí me toleran, porque hago bien mi trabajo, pienso yo.-
-   Mira, te doy esta tarjeta, estoy ahí todos los fines de semana y los festivos, con chicos y chicas de tu edad y de todas las edades, es una especie de club infantil y juvenil.-
-   Gracias, Pedro, me lo pensare.-
   
     Han pasado dos semanas desde la conversación de Bart con el cura en el comedor de la fábrica y aunque ha decidido hacerle una visita de cortesía, no le hace mucha gracia el empezar con nuevas amistades, porque sabe lo que ocurrirá en cuanto pise el recinto del cura Pedro y por lo que se oye desde la calle, dentro debe haber un patio donde gritan y juegan los chiquillos y eso es lo que le decide ha entrar.
     El cura hace rato que lo observa desde una ventana superior y baja corriendo a la planta inferior para advertir a los que están allí, de que no se haga ningún comentario sobre el aspecto de la persona que de un momento a otro, entrara por la puerta, cosa que sucede en aquel preciso instante. Las personas que se encontraban en el hall, se quedan mudas e impresionadas con la presencia de Bart; el silencio se podía cortar.
-   Buenos días, Bart,¿Cómo estas? – dijo el cura a modo de saludo.-
-   Buenos días, Pedro – y alzando ligeramente la voz, repitió – Buenos días a todos.-
-   Se llama Bart – dijo el sacerdote, apremiando a todos para que contestaran al saludo del chico.-
-   Buenos días, Bart – atinaron a responder algunos, saliendo de la sorpresa y la estupefacción de ver a un chico tan quemado.-
    El párroco, presto le agarro del brazo y uno por uno le fue presentando a los allí presentes, que cada vez eran mas numerosos porque ya se había corrido la voz de que un “monstruo” había entrado en el club y los muchachos lo querían ver a toda costa. Las caras que ponían los chicos y las chicas, eran todo un poema, los mas eran caras de asco y repugnancia y ni se acercaban y los que lo hacían, le daban la mano tímidamente y Bart les saludaba como si no pasara nada o al menos él, así lo quería ver, era demasiado el tiempo que llevaba viendo la cara que ponía la gente cuando se tropezaba con el, y ha decir verdad, ya poco le importaba, aunque todavía, resultara un poco duro darse cuenta de ello.
    Una manita pequeña se había cogido de una de las del cura y apretaba con insistencia para ser presentada al extraño aquel que había llegado.
-   Mira Bart, te presento a la sordo-mudita, más bonita y más inteligente que hay en este mundo; vamos casi todos locos por aprender el lenguaje por signos.-
      Bart se puso rápidamente a la altura de la joven, poniéndose de rodillas frente a ella.
-   Hola preciosa,¿Cómo te llamas? – dijo por señas y en      voz alta, para que lo oyeran todos.-
-   Me llamo Noemí, guapo –contesto la joven con desparpajo y también por signos manuales y pregunto después - ¿Cómo te has hecho eso de la cara, el cuello y las manos?.
-   Es muy largo de contar, cariño, pero te prometo que te lo contare,¡vale!.-
-   Vale – dijo, siempre por señas - ¿puedo darte un beso?.-
-   Claro que si, pequeña – dijo, Bart, emocionado.-
      Noemí se colgó del cuello de Bart y le estampo dos sonoros besos en ambas mejillas quemadas de su nuevo amigo, mientras que al muchacho se le escapaban un par de lágrimas de emoción, que rápidamente trato de disimular, y que consiguió en parte. Justo en este momento se abrió la puerta de la calle y apareció una pandilla de siete u ocho
chicos y chicas de entre 16 y 19 años, al frente de todos ellos se encontraba Delia, de 18 años, la cual, parecía que comandaba o era la jefa de aquel grupito, del cual, Bart, supo que le traerían muchos problemas. Al principio no se dieron cuenta de su presencia, la primera persona que lo hizo fue Delia, que dio un grito espeluznante, capaz de dejar helada la sangre al más equilibrado.
-   ¿Qué hace ese desecho animal aquí? – grito.-
-   Deliaaaa – protesto el sacerdote – Ya estas pidiendo perdón a Bart, por el insulto.-
-   Yo pedirle perdón y una mierda, padre, lo que tiene que hacer es marcharse de aquí cagando leches, si no quiere que lo ponga en la calle yo misma a patadas.
-   Siento vergüenza por vosotros – dijo el cura – por lo que estáis diciendo, sin tener en cuenta de que habláis de un ser humano.
-   No te preocupes, Pedro, no ofende el que quiere, sino el que puede. su propia ignorancia les ofende mas a ellos que a mi.-
 Delia se fue directamente hacia Bart y le dio un
empujón que le hizo tropezar con un taburete y caer estrepitosamente al suelo, dándose un golpe en la delicada piel de la cabeza, al perder la boina, comenzando a sangrar por una pequeña herida. Todo eso lo vio, Noemí, que resuelta a defender a su nuevo amigo, le propino una soberana patada en una de las espinillas de la envalentonada Delia, que aulló de dolor y revolviéndose, le propino una soberana bofetada a la pobre e indefensa Noemí. El párroco, al ver a Noemí en el suelo, sangrando por la nariz, a causa de bofetón de Delia, se encaro con ella y su pandilla y los expulso del club.
-   Tendrá noticias de nuestro padre, - dijo Delia, amenazante y lo corroboro Nico su hermano, un año menor que ella.-
-   Espero la llamada de tu padre.-
      De inmediato, el cura se puso ayudar a Marisa, su mano derecha y secretaria, que se las veía moradas, para estroncar la sangre que salía de la pequeña herida de la cabeza de Bart y Noemí lloraba desconsolada, tapándose su sangrante naricilla con un pañuelo. Y las aguas recobraron su cauce normal y todo volvió a la normalidad rutinaria de siempre.
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   Ha pasado un mes y Pedro, el cura, no ha sabido nada de Bart y esta extrañado, porque no lo ha visto ni en la fabrica y por eso esta delante del director de la misma, preguntándole si sabe el paradero del muchacho. El hombre le dice que hace tres semanas presento la baja, porque un pequeño corte en la cabeza, se le había infectado de manera alarmante y que si se enteraba de algo sobre el chico, no dejara de comunicárselo. El párroco prometió que le informaría en cuanto supiera algo concreto. No sabia el cura, que sus investigaciones le llevarían a un hospital infantil muy conocido por el. Cuando el sacerdote salía de la fabrica, tropezó con Lucas y se paro ha preguntarle.
-   Oye Lucas, sabes algo de Bart, donde vive o por donde anda, que hace tiempo que no lo veo.-
-   No padre, no lo se, se que vive en una pensión de mala muerte por el barrio de las prostitutas y tampoco se la dirección exacta; tendría que ir Ud. a preguntarles a ellas.-
-   Gracias Lucas, desde luego que iré ha preguntarles, haber si me aclaran algo, gracias de nuevo.-
-   De nada, padre.-
    Al día siguiente sábado, el cura, estaba en el barrio que le había indicado el amigo Lucas y allí empezaban sus problemas, porque no era muy normal ver a representantes de la Iglesia por aquellos contornos de vicio y depravación. Media hora después, Pedro salía muy contento del último garito en el que había entrado y se marchaba con información muy valiosa sobre el paradero de Bart y sabiendo ya toda la historia del chico; historia que le conmovió profundamente y que el tenia completamente olvidada, porque la vivió de muy de cerca.
    Con un taxi, se dirigió hacia el Hospital infantil de San Luis, cuyo propietario era el Dr. Quesada, su amigo y mecenas, además de ser el padre de Nico, Delia y de la más pequeña, Mireia. En cuatro zancadas subió las pocas escaleras que había en la entrada y se encontraba dentro de la recepción del Hospital, donde varias enfermeras y monjitas le saludaron efusivamente, también se encontraba el Dr. Quesada hablando con unos afligidos padres que tenían ingresado a su hijo pequeño por una graves quemaduras de agua hirviendo que se había tirado encima.
-   Hola. Padre, ¿que le trae por aquí? – pregunto el Dr..-
-   Busco a un chico con la cara quemada y..
-   Se llama Bart por casualidad ese chico?.-
-   Si, ¿Cómo lo sabe Dr.?.-
-   Yo lo se todo, Padre – dijo, socarrón el medico – ah, por cierto , Padre, explíqueme lo que paso en el club con mis hijos y sus amigos, estoy muy interesado en saber todas las versiones y seguro que la suya tiene que ser la mas coherente de todas.-
    El sacerdote le explica al Dr. todo con pelos y señales de lo acontecido en el club, tres semanas atrás.
-   Bien, Padre, me va hacer una cosa; me convocara a todos los chicos pequeños y grandes que vayan mañana al club, a las doce de la mañana y en la sala de cine; ya me encargare yo de que ciertos personajillos estén todos presentes sin que falte ninguno,¿me ha entendido bien, Padre?.-
-   Meridianamente bien, Dr.-
-   Ah, si quiere ver a Bart, lo encontrara en el tercer piso entreteniendo a los crios;¡¡Hasta luego!!
    Efectivamente, Bart estaba allí pero el cura no lo supo ver en un principio, porque ahí solo estaba un payaso que hacia reír alocadamente a los chicos que en la estancia se encontraban y hasta que el payaso no resbalo cayendo al suelo y los pequeños se le tiraron encima para quitarle la mascara, Pedro no supo que el payaso que divertía a los chicos era Bart; la algarabía que se armo, fue épica y el cura se reía a mandíbula batiente.
    Pedro le ayudo ha quitarse la montonera de crios de encima y Bart les prometió volver muy pronto a visitarles. Mientras se quitaba las ropas de payaso, el cura, le transmitió los deseos del Dr. y Bart le dijo a su amigo sacerdote, que allí estaría a la hora convenida, pero que el no quería ser polémica de nada; el párroco le dijo que era el Dr. Quesada quien convocaba la reunión y que el no creía que hubiese ninguna polémica en absoluto y así se despidieron hasta el día siguiente.
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    Eran las doce en punto de aquel Domingo y la reunión estaba lista para dar comienzo; inmediatamente el Dr. dio unas palmadas y pidió silencio.
-   Bueno días a todos y gracias por haber venido – dijo el medico a modo de comienzo – Bart,¿quieres bajar aquí a mi lado, hijo?.-
-   Dr. yo…
-   No pasara absolutamente nada, hijo, te lo aseguro.-
 Hubo un silencio sepulcral en toda la sala, mientras Bart recorría los 70 metros que le separaban del Dr., llevaba de la mano a Noemí, que no se separaba de él ni a sol ni a sombra; Marisa se levanto para recoger a Noemí y aunque la joven protesto se quedo con ella.
-   Buff, que asco – protesto Delia cuando tubo a Bart delante de sí.-
-   Delia, como te vuelva ha oír – dijo su padre, enérgico – te daré una bofetada que la van a oír en Polo Sur – bien, todos conocemos a Bart, unos de mas reciente y otros, los pocos, de mas antiguo; por ejemplo, todos estas Sras y Sres que tengo a mis espaldas y que son los padres de los componentes de esta primera fila que tengo a mi derecha y que son el centro de la discordia y el motivo de esta reunión; pero voy a centrarme en explicar quien es Bart y la importancia que este chico tiene para muchos de nosotros – y dirigiéndose al cura - ¿puede destapar la fotografía, Padre?, gracias, y a este ¿le conocéis?,no ¿verdad?- y tomando la fotografía de gran tamaño y poniéndola delante de los interfectos, les dijo – pues este también es Bart, hace cuatro años y medio.-
       Un intenso murmullo se extendió por toda la sala y  los comentarios de los mayores se hicieron más densos hasta que el buen Dr. los acallo con nuevos palmetazos.
-   Y ahora os preguntareis, ¿a que es debido este enorme cambio?¡¡también lo sabréis!!.-
-   Recordáis, aunque muchos de vosotros erais muy pequeños, recordáis, repito, cuando mi antiguo Hospital de San Luis se incendio y en el murieron abrasados siete chicos y dos enfermeras; si, pero también se salvaron muchos y muchos de ellos lo fueron porque Bart entro y salio en varias ocasiones salvando a mas de cincuenta criaturas; hasta que extenuado le sorprendió un pequeña explosión que le dejo como le veis ¡¡¡ y solo tenia dieciséis años!!!; Delia y Nico, ¿vosotros queréis a vuestra hermana Mireia?.-
-   Si – contestaron ambos.-
-   Pues Mireia esta viva gracias a Bart que la saco del fuego en la penúltima vez que entro ha sacar chicos de entre las llamas, en la siguiente se quedo dentro y lo rescataron los bomberos, pero ya parte de su cuerpo se había quemado.¡¡Tardo tres años en recuperarse de sus heridas!! Y tendrá que quedarse así mientras viva, so pena de que las investigaciones sobre los injertos avancen a tal velocidad que permitan hacérselos antes de que cumpla los treinta años, cosa harto difícil por ahora.-
-   ¿Qué?¿cuanto asco os da Bart ahora?¡¡Vosotros sois los que dais asco!!sois una pandilla de cretinos, una pandilla de entupidos y necios y que desde luego no merecéis ni la mas mínima consideración porque no os la habéis ganado, vuestros padres os darán el respeto y la consideración que simplemente os merecéis ¡¡NINGUNA!!y respecto a vosotros dos hijos, se acabo el vivir bien, desde ahora lo tendréis que ganar y lo haréis trabajando, tu Delia, para las notas que traes se te acabo el estudiar y como tienes el titulo de enfermería, te buscas un Hospital que te quiera como enfermera y yo no te daré ninguna referencia por que no la tienes ni tampoco usaras mi nombre como trampolín para conseguir un buen trabajo y lo mismo para ti Nico, iras ha trabajar a la fabrica del Sr. Matías junto con su hijo, tu compinche, como hace Bart para ganarse la vida. Yo no tengo nada más que decir, muchas gracias por la atención prestada.
    Los demás padres pillaron a los hijos por su cuenta y les informaron de lo que se iba ha hacer con ellos y así termino la reunión donde se les dio una verdadera lección de humildad a unos chicos, casi todos ellos en su mayoría de edad y porque vivían en casa rica se creían que tenían derecho hacer lo que les viniera en gana.
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    Han pasado tres meses desde la tumultuosa reunión y las cosas han cambiado para bien; ahora a Bart no se le mira como si fuera un bicho raro; el Sr. Matías tuvo parte de culpa, reunió a toda la fábrica y les explico la historia de Bart y la ovación fue apoteósica, ahora la vida ha vuelto a la normalidad. El cura le ofreció a Bart, una habitación en el piso superior del club para que saliera del cuchitril en el que vivía de manera muy miserable.
    Era jueves y festivo, el club estaba inusualmente lleno de chiquillería y juventud y de una forma u otra, todos jugaban y se divertían alegremente; Bart estaba en  la calle mirando con el cura un desconchado en la parte alta del segundo piso, cuando de pronto, una pelota salio disparada hacia el centro de la calle y detrás corría como una loca Mireia, Bart intuyo el peligro y al tiempo que echaba a correr gritaba ¡¡Mireia no cruces, pero ya era tarde, un autobús bajaba por el centro de la calle y Mireia se encontraba en mitad de la trayectoria del vehiculo. Bart solo tuvo tiempo de lanzarse en busca del cuerpo de la joven y estando en el aire la recogió y la lanzo fuera del alcance del vehículo mientras el recibía un fortísimo impacto en el costado izquierdo de la cadera y salio despedido contra la acera donde fue ha dar con la cabeza en el bordillo, quedando de inmediato sin conciencia. El autobús freno 50 metros mas abajo, Mireia se levantaba aturdida del suelo de la calle y era atendida por unas personas que transitaban por allí, mientras el párroco corría ha atender a Bart. Marisa, que se había percatado de todo, se volvía loca llamando por teléfono a la asistencia sanitaria y pronto se empezaron ha oír en la lejanía las sirenas de las ambulancias que venían en socorro de los posibles heridos.
    Minutos después, era atendido Bart, que presentaba un cuadro muy preocupante; tenia rota la cadera y una pierna y posiblemente la columna vertebral bastante dañada y lo mas importante y grave de todo, fuera la gran brecha que tenia en el cráneo y que se había producido al chocar su cabeza con el bordillo. Las asistencias lo inmovilizaron y se lo llevaron con presteza al Hospital más próximo, donde casualmente trabajaba Delia como enfermera de urgencias.
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    Bart falleció diez días después del accidente, corrió la voz, de que Delia tuvo algo que ver en su muerte, pero solo fue un rumor; lo cierto es que la muerte de Bart causo una gran conmoción en todos aquellos que le conocieron y sobre todo en los chicos que él tanto amo.


TEO(tomcab58)Enero 1995 ©

Nota del autor: Este relato esta inspirado en un hecho real, ocurrido hace una treintena de años y de que el autor fue testigo; obviamente los nombres de los personajes, los lugares y los acontecimientos relatados son ficticios.
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Si mi salvación dependiera,
de beber el elixir,
que mana de tu fuente,
no seria yo, quien no bebiera.
Akhesa
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Más vale andar, que parar y echarse a temblar....


« Respuesta #1 : 10 de Junio 2009, 13:17:29 »

Era un angel.... la salvó la vida dos veces... Era su angel y cuando terminó su trabajo, se fué.  Gracias
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"NUNCA DEJES DE SONREIR, NI SIQUIERA CUANDO ESTÁS TRISTE PORQUE NUNCA SABES QUIÉN SE PUEDE ENAMORAR DE TU SONRISA."

"Nunca olvido una cara, pero en su caso estaré encantado de hacer una excepción"
Anonima
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Cuanto más vivo, más maravillosa se vuelve la vida


« Respuesta #2 : 17 de Junio 2009, 13:11:10 »

JO DER! que triste final para una gran persona!  Cry
me gusto muchisimo! Aplaudir
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''La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano...''  Gracias Gracias por ser mi sol aunq tenga mis dias nublados...
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