'Arpel'
Siempre entran muy nerviosos, como asustados, y terminan escondiéndose durante días, sin comer ni casi beber, en el rincón más apartado de la zona sur. Nos rehúyen, pobres, ellos que se creen diferentes. Nunca pasan más de 14 días antes de que la piel les tranquilice. Soy yo, el veterano, el que al final los llama desde la puerta del barracón, ondeando mis tres dedos. Ya nos sabemos la historia: lo peor siempre son las dos primeras semanas en la leprosería.
(Microcuento de esos que me gustan a mi, escrito por Hiperbreves y leido en esas interneses de Dios)
