Llega un fulano una noche a un hotel y pide una habitación. El encargado le dice que sólo tiene una cama, en un cuarto compartido,pero que nadie la quiere, porque el otro huésped ronca mucho y muy fuerte.
El fulano, por estar demasiado cansado le responde que no hay problema y decide compartir la habitación. A la mañana siguiente, el encargado pregunta si durmió bien:
- Perfectamente, ¡muchas gracias!
- ¿Y el señor de los ronquidos?
- Verás, apenas entré en la habitación le di un beso en la mejilla y una palmadita en la nalga; y después de eso
se pasó toda la noche con los ojos abiertos y con el culo pegado a la pared...
MORALEJA:
No hay grandes problemas... sino grandes soluciones.
