Tengo comentarios de que da muy buenos resultados y me pareció interesante postearlo ya que hay mucha gente sobretodo jóvenes que están pasando por esta enfermedad... espero que sierva de algo....
Ablación por radiofrecuencia de tumores hepáticos
Qué es la ablación por radiofrecuencia de tumores hepáticos
* Usos comunes del procedimiento
* Preparación para el procedimiento
* El aparato
* Qué sucede durante el procedimiento
* Cómo se realiza el procedimiento
* Qué se siente durante el procedimiento
* Quién interpreta los resultados, y cómo se informan
* Riesgos y beneficios
* Limitaciones de la ablación por radiofrecuencia de tumores hepáticos
Qué es la ablación por radiofrecuencia de tumores hepáticos
En los últimos años se han probado muchos métodos mínimamente invasivos para eliminar los tumores en órganos como el hígado. Uno de los métodos más prometedores es la ablación por radiofrecuencia (ARF). Con la ayuda de un método de imagen como ultrasonido o tomografía axial computarizada (TAC), se coloca una aguja electrodo especial dentro del tumor. Luego se pasa una corriente de radiofrecuencia a través del electrodo para calentar el tumor que se encuentra cerca de la punta de la aguja y así eliminarlo. El calor de la energía de radiofrecuencia además cierra los pequeños vasos sanguíneos, lo que reduce el peligro de sangrado. En general, la ablación por radiofrecuencia produce molestias mínimas y se puede hacer en el paciente externo sin anestesia general. Habitualmente no es necesario que el paciente esté hospitalizado.
Usos comunes del procedimiento
Hay dos tipos de tumores hepáticos que se tratan con ablación por radiofrecuencia: el carcinoma hepatocelular, que es un cáncer primario de hígado, y el cáncer de colon diseminado al hígado (metástasis). Muchos pacientes con un tumor maligno del hígado no son buenos candidatos para la cirugía porque el tumor está diseminado o es inaccesible, o porque hay otras enfermedades que hacen que la operación sea particularmente peligrosa. En otros casos, habría que extirpar tanta cantidad del órgano que no quedaría suficiente tejido para realizar las funciones del hígado. Para muchos pacientes la ablación por radiofrecuencia es una opción de tratamiento viable y eficaz.
Algunos tumores del hígado que no han respondido a la quimioterapia o que han vuelto después de la cirugía inicial se pueden tratar con ablación por radiofrecuencia. Si hay varios nódulos tumorales, se pueden tratar en una sesión o más. En algunos casos la ablación por radiofrecuencia hace posible la operación porque elimina varios tumores pequeños que están demasiado diseminados para extirpar quirúrgicamente. En general la ablación por radiofrecuencia es más eficaz si los tumores tienen un diámetro de menos de dos pulgadas (5 cm). La ablación por radiofrecuencia se puede usar para tratar tumores más grandes, pero los resultados no son tan buenos. La ablación por radiofrecuencia en general no se usa para tratar tumores hepáticos si hay un cáncer activo fuera de este órgano.
Preparación para el procedimiento
No debe comer ni beber nada a partir de la medianoche antes del tratamiento. El médico le dirá cuáles medicamentos puede tomar en la mañana; si toma aspirina, tal vez le indiquen que deje de tomarla 10 días antes del procedimiento. Consulte con el médico si toma Coumadin u otro arralador de la sangre. Si el médico no planea hospitalizarlo/a durante la noche, debe pedirle a alguien que lo/la lleve a casa después del procedimiento.
El aparato
El equipo de ablación por radiofrecuencia tiene tres componentes principales: agujas electrodo, un generador de electricidad y placas de puesta a tierra. Las agujas electrodo son de dos tipos: agujas rectas sencillas, y agujas rectas que contienen electrodos retráctiles curvos que se mantienen dentro de la aguja hasta que la aguja está puesta dentro del tumor. Una vez en su posición correcta, el émbolo del cubo de la aguja se hace avanzar para extender los electrodos afuera de la punta de la aguja. Cuando están totalmente extendidos los electrodos tienen el aspecto de un paraguas o de un árbol de navidad. El generador de radiofrecuencia está conectado mediante cables aislados a las agujas electrodo y a las placas de puesta a tierra colocadas en la espalda o el muslo del paciente. El generador produce una corriente eléctrica alterna en el rango de las ondas de radiofrecuencia.
Qué sucede durante el procedimiento
La ablación por radiofrecuencia hace pasar una corriente eléctrica en el rango de radiofrecuencia entre la aguja electrodo y las placas de puesta a tierra colocadas sobre la piel del paciente. La corriente crea calor alrededor del electrodo dentro del tumor, y este calor se disemina para destruir todo el tumor, pero poca cantidad del tejido normal circundante. El tumor se destruye por calor; las células tumorales expuestas directamente al calor mueren inmediatamente. Debido a que el tejido sano del hígado puede tolerar más calor que el tumor, la ablación por radiofrecuencia es capaz de destruir un tumor y un delgado borde de tejido normal sin afectar la mayor parte del hígado normal. Las células tumorales muertas gradualmente son reemplazadas por un tejido cicatrizal que con el tiempo se achica.
Cómo se realiza el procedimiento
La ablación por radiofrecuencia se puede realizar colocando las agujas a través de la piel, con agujas a través de un tubo insertado en un pequeño orificio en la piel (laparoscopía), o durante una cirugía abierta. La mayoría de los radiólogos prefieren el método percutáneo (a través de la piel) porque es mucho menos invasivo, produce menos complicaciones y no requiere anestesia sino solamente sedación. Además, como es un procedimiento para pacientes externos, es relativamente barato. La ablación por radiofrecuencia se puede repetir cuantas veces sea necesario si el tumor vuelve a aparecer. Para guiar la aguja de radiofrecuencia a la posición correcta en la superficie del abdomen para que llegue al centro del tumor se puede usar ultrasonido o un TAC. Se inyecta anestesia local en el sitio donde se planea hacer la incisión de un cuarto de pulgada (medio centímetro), y se administra sedación al paciente por vía intravenosa. Una vez que la aguja electrodo está en su lugar, se aplica energía de radiofrecuencia. Para tumores grandes, puede ser necesario hacer varias ablaciones para cerciorarse de que no quede tejido tumoral.
Qué se siente durante el procedimiento
La ablación por radiofrecuencia en general se hace en una sala de TAC o ultrasonido. El paciente se recuesta en la mesa de examinación; luego se ubica el tumor y se administra la sedación intravenosa (a través de un tubo en el brazo) para evitar molestias durante el procedimiento. El paciente puede quedar despierto o dormido, según el tipo de sedación. La piel del área donde se pasa la aguja se adormece con anestesia local para reducir aún más la molestia. Cada tratamiento de ablación por radiofrecuencia dura entre 12 y 30 minutos, y todo el procedimiento se puede hacer en una a dos horas, según cuántos tumores haya que tratar. Después de la ablación por radiofrecuencia le darán medicamentos para prevenir el dolor y las náuseas que pueden ocurrir cuando pasa el efecto de la sedación. El paciente permanece en la sala de recuperación hasta que esté totalmente despierto y listo para volver a casa. Sólo el 2% de los pacientes tienen dolor una semana después de la ablación por radiofrecuencia.
Existe el riesgo de lesionar los órganos y tejidos cerca del hígado como la vesícula biliar, los conductos biliares, el diafragma y el intestino. Cuando esto sucede, puede ser necesario operar, pero esto ocurre en únicamente el 3 al 5% de los casos, y el riesgo depende de la ubicación del tumor tratado.
Quién interpreta los resultados, y cómo se informan
La mayoría de los centros realizan un TAC o una RMN del hígado entre unas horas y una semana después de la ablación por radiofrecuencia para cerciorarse de que el tumor se ha destruido, y para detectar complicaciones. Un radiólogo interpreta estos exámenes y determina si se ha eliminado todo el tumor del hígado. El TAC se repite cada tres meses para ver si hay nuevos tumores.
Riesgos y beneficios
Beneficios
* La ablación por radiofrecuencia puede ser un tratamiento eficaz para cáncer de hígado primario o cáncer que se ha diseminado al hígado en pacientes seleccionados a quienes no conviene operar.
* En la mayoría de los estudios más de la mitad de los tumores hepáticos tratados con ablación por radiofrecuencia no han reaparecido.
* Son poco comunes las complicaciones del tratamiento.
* La ablación por radiofrecuencia se puede usar repetidamente para tratar los tumores recurrentes.
* La ablación por radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo rápido y que a menudo no requiere hospitalización. Los pacientes habitualmente pueden reanudar sus actividades normales en unos pocos días. Además, la ablación por radiofrecuencia es menos costosa que otras opciones de tratamiento.
Peligros
* Según cuál sea el sitio del tratamiento, la ablación por radiofrecuencia puede producir dolor de hombro (habitualmente breve, pero a veces de larga duración), inflamación de la vesícula biliar que cede en unas cuantas semanas, lesión de los conductos biliares que causa obstrucción biliar, o lesión del intestino a causa del calor.
* Aproximadamente uno de cada cuatro pacientes sufre de "síndrome de postablación", con síntomas de gripe que aparecen tres a cinco días después del procedimiento y duran unos cinco días. Unos pocos pacientes están enfermos por dos o tres semanas. Para la fiebre por lo común se da acetaminofén.
* Se han reportado algunos casos de sangrado, pero normalmente se detiene solo. Si el sangrado es intenso, podría ser necesario hacer otro procedimiento o una operación.
Limitaciones de la ablación por radiofrecuencia de tumores hepáticos
Hay un límite de volumen de los tumores que se pueden eliminar con ablación por radiofrecuencia. Esto se debe a las limitaciones del tamaño de la "quemadura" producida por el equipo actualmente disponible. Esperamos que los avances técnicos permitan el tratamiento de tumores más grandes en el futuro. La ablación por radiofrecuencia puede destruir muchos tumores hepáticos pequeños, pero no elimina los tumores microscópicos y no previene la reaparición del cáncer.
Dispositivos de aguja de ablación por radiofrecuencias que cuentan con varios electrodos curvos retráctiles. Los electrodos se mantienen dentro de la aguja hasta que la punta se coloca dentro del tumor.