Un chico está jugando con su flamante tren eléctrico, y su madre lo escucha desde la cocina.
De pronto, el nene comienza a gritar:
- ¡A ver: todos los boludos que viajan en este tren, a mover el culo y a subirse que estamos a punto de partir, carajo!
La madre, sobresaltada e indignada, sale de la cocina y le dice:
- ¡Pero Pablito! ¿Te volviste loco? ¿De dónde sacaste ese lenguaje? ¿Quién te enseñó esas palabrotas? ¡Váyase a su pieza inmediatamente! ¡Estás castigado hasta que yo te diga!
El chico marcha a su cuarto, y la madre sigue en sus cosas. A la hora, considera que el castigo ya fue suficiente y va a buscar a su hijo.
- Pablito: ya podés salir...
El chico, sin decir nada, vuelve al living a jugar con el tren eléctrico. Al rato, la madre escucha, mientras una dulce sonrisa se dibuja en su rostro:
- Señores pasajeros: tengo el agrado de invitarlos a ascender a nuestros cómodos vagones, porque el viaje está a punto de comenzar.
Acomoden sus objetos personales en los estantes encima de los asientos.
Y permítannos disculparnos por la demora:
¡este tren sale UNA HORA TARDE por culpa de la burócrata pelotuda que está en la cocina!
