
Los ojos de mi padre
marrones, pequeños
miran desde el cielo
aquellos lares.
Tierra, donde naciste
donde crecieron pinos
regados por tus lágrimas
de un pasodo muy triste
Mar que guarda secretos
cuando de muy pequeño
día tras día luchabas
con gran esfuerzo
Que con el pasar
de los años navegaste
hacia el mundo
en busca de un gran sueño
Incesante fue tu esfuerzo
para conseguir que quienes
te rodeaban no sufrieran
al igual que tu pasado incierto
Padre mío cuanto te extraño,
cuanto te quiero, pero estoy
felíz, has dejado de sufrir,
sé que con mucho amor
nos cuidas desde el cielo.
Tu hija
M.E.M.
Albeida, Galica, España