Una noche un padre escucha mientras su hijo reza:
“Dios bendiga a Mami, a Papi y a la Abuela. Adiós, Abuelo”.
Al padre le parece extraño, pero pronto se olvida.
Al día siguiente el abuelo muere.
Casi tres meses más tarde el padre escucha mientras su hijo reza de noche:
“Dios bendiga a Mami y a Papi. Adiós Abuela”.
Al día siguiente la Abuela muere.
Ahora el padre se encuentra hondamente preocupado, cuando dos semanas más tarde escucha de nuevo al hijo mientras reza de noche:
“Dios bendiga a Mamá. Adiós Papá”.
¡¡Casi le da un ataque!!
No lo comenta con nadie, pero al día siguiente se levanta temprano y va a su trabajo.
Se queda todo el día trabajando y vuelve a su casa recién pasada la medianoche y…
¡¡SIGUE VIVO!!
Cuando llega, lo primero que hace es disculparse con su mujer:
“Perdóname cariño, ¡tuve un día terrible!”.
“¿Tú tuviste un día terrible?”, le dice su esposa.
¡¡Yo si lo tuve!!
¡¡¡HOY EL LECHERO SE MURIÓ EN LA PUERTA DE LA CASA!!!
