Tranquilidad en el norte...

A veces las cosas te sorprenden. Es incomprensible lo mal que pueden empezar las cosas para terminar de una forma bastante buena.
La hora límite se acercaba y una llamada te ofrece más tiempo, para que necesitas más tiempo cuando ya estabas esperando. Un móvil se muere en el momento justo para perder la comunicación en una ciudad que no conoces y no sabes llegar al sitio donde quedaste.
Guiño del destino, volviendo a casa te veo pasar en el coche, ahora piensa que no estamos predestinados a esta noche…
Al fin nos encontramos una hora más tarde de lo que habíamos predispuesto, pero al fin juntos y en el coche. Decidimos cenar, pillamos un par de pizzas, ya nos perderemos en alguna playa para comerlas.
Carretera cortada, pequeño rodeo, llegamos a la playa una hora después, las pizzas aun conservan una temperatura aceptable.
Primer beso, antes dejamos las cosas claras, podremos ser lo que queramos, pero delimitamos el principio, cosas claras y es que solo es una cosa de dos.
Travesía hacia el norte, eres la mujer más al norte en España y no sabes que tiene eso de especial…
Algún beso más apasionado, un momento en el que levitas y dudas dejarte llevar, aun no, quieres dar un aspecto reposado, seguimos hacia el norte un poco más. Camino de madera, te frenas y descubre los mucho que te gusta los 15 centímetros que te hace ganar la plataforma, para que tus labios queden a la altura de los míos, hacemos uso de esa ventaja.
Me presento a tus pezones, y tu me ciegas. Una boca juega con la mía en la oscuridad que me has proporcionado. Me haces subir para tirarme sobre la madera, en el suelo me besas. Juegas con ventaja, la luna te da la luz que precisas para tus juegos, mientras, yo sigo a oscuras. Ya en el suelo tirado tu boca invertida se encuentra con la mía, dos lenguas recorriéndose en toda su longitud. Un ratito de paz, hasta que un ruido llega a nuestros oídos, y es que los gatos hacen demasiado ruido…
Un poco más cariñosos, pero una linterna se acerca. Periodo de parecer una simple pareja sentada al borde del camino. Un trago de cerveza, una vista al cielo para redescubrir que las estrellas fugaces hoy hacen huelga, y de nuevo una boca que busca a otra.
Tranquilidad, hoy te he besado por primera vez, y aun nos queda mucha noche…