He visto mi cuerpo desnudo,
desnudo de temores, de sinsabores
de poses y arrogancias, de frío
de amor, de caricias, desnudo del mundo,
desnudo del todo.
Sumergido apacible en un lecho blanco
donde se conjuga la pasión exacta
enlazado en otro cuerpo sudoroso
exhalando su último pudor,
climax perfecto, cuando hace el amor.
Se queda abrazado en el silencio nocturno
erguido entre los sueños, sin vergüenza
pleno en libertad con el viento
con la mirada simulada del deseo.
Sí, desnudo esta mi cuerpo;
orgullo sin arrogancia, pintado en color miel
mapa exacto del mórbido deseo
pasión endemoniada, locura por doquier.
Mi cuerpo, conjugación de lo extraño
rincones emotivos, sed constante de caricias
disipadas detrás de un infame vestido
imponiéndole coacción a su libertad de ser.
Cartilla del amor, sendero mismo de pasión,
caricia divina y deshonesta entre mis senos
deshojada flor, vientre maduro
mi cuerpo, lienzo parido en arcilla y marrón.
Ahí esta , senos erguidos
que calmaron la sed de la vida
sucumbieron ante dos manos urgidas
de palpar su calides.
Piernas cual columnas vigilantes
escondiendo el pudor,
donde desemboca el Universo
donde se conjugan dos almas en explosión.
Vientre ya parido,
porque la vida lo escribió,
sendero donde se inicia
la vida misma con el amor.
Mi cuerpo, un desnudo sin vergüenza
un morbo sin razón, reflejado ahora
en el mudo silencio de un espejo
allá en el rincón de mi ilusión.