La fuga radiactiva de Ascó I llegó más allá del recinto de la central nuclearEl CSN afirma que la contaminación es escasa y Greenpeace dice lo contrario
La zona que rodea el perímetro exterior de la central nuclear de Ascó (Ribera d'Ebre) también ha resultado contaminada por la fuga de partículas radiactivas detectada la pasada semana en el edificio del reactor Ascó I.
De las 150 partículas que hasta ahora han localizado los equipos de la central y los técnicos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), 13 han sido halladas entre el doble vallado que rodea la instalación y el límite de los terrenos propiedad de la central, ya totalmente fuera del recinto industrial. Fuentes del CSN, autoridad en materia nuclear, ven más que probable que alguna partícula haya ido más allá empujada por el viento. El sábado la dirección de la central dijo que la contaminación no había salido del recinto atómico.
La Asociación Nuclear Ascó-Vandellòs (ANAV), integrada por Endesa e Iberdrola y propietaria de los complejos nucleares de Ascó y Vandellòs, y el CSN aseguran que si una sola persona hubiera ingerido todas las partículas radiactivas halladas hasta ahora, no superaría los límites legales establecidos para personal ajeno a la central, que son más restrictivos que para los trabajadores profesionalmente expuestos a la radiactividad. Se trata, según estas fuentes, de una fuga de escasa intensidad y sin riesgo para la salud de las personas o el medio ambiente. No obstante, el suceso constituye un hecho sin precedentes en la historia nuclear española.
Los equipos encargados de peinar la zona con medidores de radiactividad dejaron ayer de buscar partículas en el exterior de la central. No hallaron contaminación en los aledaños, aunque la tarea de localizar estas partículas es muy compleja, hasta tal punto que un operario necesita acercar su medidor de radiactividad a 20 centímetros de la partícula contaminada para que registre su presencia. "Será imposible averiguar si hay partículas radiactivas que hayan viajado algunos kilómetros", señalan fuentes del CSN. Los vientos dominantes en la zona hacen que lo más probable sea que estas partículas hayan ido en dirección al noreste de la central.
La mayoría de las 150 partículas halladas estaban en la misma zona, un lugar al aire libre pero protegido del viento por los edificios de la instalación. Más dispersas, los operarios han encontrado partículas diseminadas hasta el límite de los terrenos de la central con el exterior, y junto a la vía del tren de la línea Barcelona-Reus-Móra-Caspe, que discurre entre el río Ebro y el complejo atómico.
El suceso motivará con toda probabilidad una sanción del Consejo de Seguridad Nuclear. Así lo creen fuentes del organismo regulador, que explicaron lo sucedido: en noviembre pasado, durante una recarga de combustible, una boca de toma de aire de la ventilación del edificio donde se guarda en piscinas el combustible quedó contaminada por agua altamente radiactiva. Se trata del agua que durante la recarga cubre el reactor y los elementos de combustible gastados mientras estos viajan desde el reactor hasta la piscina donde se almacenan. Al finalizar este proceso, el agua se vacía con bombas, aunque siempre queda una pequeña cantidad que en Ascó -no así en todas las centrales- se extrae de forma manual con aspiradoras. Estas aspiradoras almacenan el agua contaminada en un depósito de 50 litros, que luego se vierte en la piscina de combustible. Una "maniobra poco ortodoxa", según estas fuentes, provocó que parte de esta agua fuera a parar a la rejilla de captación de aire, situada a nivel del suelo, seguramente por un fallo de diseño. De ahí, las partículas contaminadas llegaron a los filtros del sistema de ventilación, que retienen el 99,95% de la contaminación, y las partículas que no quedaron atrapadas en los filtros viajaron al exterior, hasta que el jueves los medidores de la central detectaron la fuga.
La organización ecologista Greenpeace y Ecologistas en Acción arremetieron ayer contra la seguridad de las nucleares catalanas. "Esperamos el resultado del informe del CSN", señaló la portavoz en Cataluña de Greenpeace, Ana Rosa Martínez, quien no descartó que la organización pueda emprender más acciones contra la central.
Greenpeace añade que la contaminación emitida al exterior supera en muchísimo la admitida por la central y pide un mapa completo de la difusión de las partículas contaminadas.
Martínez exigió un régimen sancionador más severo y recordó que durante el debate de reforma de la ley que regula el CSN "se perdió una oportunidad" y quedó fuera del texto una propuesta de Joan Herrera (ICV) para sancionar a las eléctricas con el doble de los beneficios que hayan obtenido operando con niveles de seguridad sancionables.
El Pais