hombre, bien pensado, un rollito de vez en cuando en la sala de fotocopiadoras, un beso perdido en el pasillo... si me gustaría, no hubiera estado mal. Friamente puede ser hasta un aliciente del trabajo
pero es que en mi caso, o lo que nunca debiera darse... es enamorarse
casi hundimos el despacho. Las guerras que se producen en crisis de pareja en un trabajo es mortal de necesidad.
ay.. ay.. ay...