
Amo tanto, tanto, la vida, que de tí me
enamoré,
y ahora espero impaciente ver contigo
amanecer.
Si se acaba este milagro, si se consume mi voz,
si me das un último portazo, ¿en qué calle
moriré yo?
Estás tan bonita esta noche, te sienta el pelo
recogido tan bien.
Pídeme cualquier deseo, poco te puedo
ofrecer.
Lloras, gritas, bajo la lluvia, como el ángel
Lucifer.
Somos de nuevo herida abierta, mala tierra
trágame.
Trágame.
Amo tanto, tanto la vida, que de tí me
enamoré,
y de amarte tanto, puede que no te
ame bien.
Si yo fuera tu asesino conmigo nunca tendría
demencia,
y me condenaría a muerte, que es
condenarme a tu ausencia.
Que no haya más despedidas, que no eres Ilsa
Lazlo ni yo Rick Blaine,
ni yo soy tan idiota, no te dejaría ir con él.
El próximo avión que tomes conmigo lo
tendrás que hacer,
y el camino de regreso yo te lo recordaré.
Yo te lo recordaré.
De
Ismael Serrano
