San Valentín en manos de Cupido
Sola, la primavera espera impaciente su turno
pocas fechas ya le restan para hacer su reaparición
pero se anticipa el amor recolgado en las nubes que se lleva el invierno
meciendo los velos que el frío deja en su aún no iniciada huida
Los temores se desvanecen con el calor que nace del corazón
y se confían sinceros amores tempranos
y porque no, también los maduros y más postreros
que tarde nacieron y prendidos quedaron
ya que sin descanso el dardo sutil del duendecillo
va dejando corazones enlazados con cegata prontitud
y tiro certero, algunos serán por fortuna duraderos
como las nieves de las cumbres blancas aún lo son
otros, sin remedio, irán disipándose entre sollozos sin cuento
parca puede ser la primera vez que se ama en el tiempo
como larga puede ser si perdura en los corazones
que Cupido hirió con su flecha en claro portento
nadie sabe con certeza cual es la receta fiel
que unas veces acierta y otras se pierde en vericuetos
que es y que dicta semejantes desatinos, pero seguro es
que a quien le da de lleno, no queda descontento
y dígase que fue Valentín, el santo patrón quien lo protege
o puede que sea el pagano dios alado con sus ojos vendados
la realidad es que nunca sale igual el encuentro tan deseado
y a veces es verdad y otras es tan solo imaginado.

DF
13.02.08