Déjame mirarte otra vez,
como si fueran mis
últimos ojos.
Déjame creer que todo esta
inmóvil y que mis manos
te alcanzan.
Miénteme despacio y en cualquier
idioma, como si conocieras mi oído.
Mira el espejo resquebrajado, recuerda
las paginas, el viento y el reflejo del
débil cordel entre los edificios.
Déjame esperarte y que parezca
que se de adonde vienes y
recordare tu caminar.
Déjame soñar contigo y la esperanza
perdida, los vagones vacíos,
los asientos atestados.
Déjame imaginar la senda que
dibujan tus pies y borra
la realidad implacable.
Déjame de una vez.
Sir
