YoCamilo
PeterPaulistic@¹
    
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Ser felices
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« Respuesta #1 : 17 de Enero 2008, 15:25:42 » |
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bueno... acabo de flipar con El mito cheyenne de la creación del mundo... ¿os suena? EL FINAL ALUCINANTE.
El texto es demasiado largo para poner... así que hago una selección y que cada uno saque sus conclusiones:
Al principio no había nada. Absolutamente nada. Todo estaba vacío. Maheo, el Gran Espíritu, sentíase como desolado. Miró en su entorno pero, obviamente, no había nada que ver. Trató de oír, pero nada había que escuchar. Únicamente se encontraba él, Maheo, solo en la nada.
- Tengo que poner remedio a esta situación. (...)
.
Y llevó a la práctica sus intenciones.
Creando una amplísima extensión de agua, como un lago, pero salada. Comprendió el Gran Espíritu que partiendo del agua podría existir la vida. El lago mismo era vida.
- (...)
Primero hizo los peces que nadaban en las oscuras aguas, luego las almejas y los caracoles y los ástacos, que vivían en la arena y en el fondo del lago (...)
La luz comenzó a brotar y a esparcirse, primero blanca y clareando en el Este, posteriormente dorada e intensa cuando hubo llegado al centro del cielo, extendiéndose al final hasta el último punto del horizonte.
Merced a la claridad, pudo Maheo contemplar los pájaros, los peces y las conchas de los animales marinos apoyadas en el fondo del lago.
- ¡Qué maravilla! sintió el Gran Espíritu dentro de sí.
(...)
Ahora ya había agua y también tierra, pero esta última era estéril. Maheo dijo entonces a su Poder:
- Nuestra Abuela Tierra es como una mujer y, en consecuencia, debe ser productiva. Ayúdame, Poder, a que ella engendre vida.
Al pronunciar Maheo estas palabras, los árboles y las hierbas brotaron, convirtiéndose en el cabello de la abuela; las flores se transformaron en brillantes adornos, y las frutas y las semillas fueron ofrecidas por la tierra al Gran Espíritu. (...)
Pero no debería estar sola , pensó. Démosle una parte de mí, y así podrá saber que estoy cerca de ella y la amo .
Maheo metió la mano en su costado derecho y sacó una de sus costillas. Luego de darle aliento, la colocó dulcemente en el seno de la mujer Tierra.
La costilla se movió agitadamente, se puso en pie. Y caminó. Había nacido el primer hombre.
- Está solo en la Abuela Tierra como yo estuve solo una vez en el vacío, admitió Maheo.
Y para nadie es bueno estar solo.
Utilizando entonces una de sus costillas de la parte derecha formó una hembra, que puso al lado del hombre.
Entonces sobre la Abuela Tierra hubo dos seres humanos: sus hijos y los de Maheo. Todos eran felices, y el Gran Espíritu era feliz mirándolos.
Un año más tarde, en la época primaveral, nació el primer niño.
Y a medida que transcurrió el tiempo vinieron otros pequeños seres que, siguiendo su camino, fundaron las diferentes tribus. Luego Maheo vio que su pueblo tenía ciertas necesidades. Con su Poder creó animales que alimentasen y protegieran al hombre. Finalmente, el Gran Espíritu pensó en una bestia que pudiera ocupar el sitio de los demás creando al bisonte.
Maheo sigue con nosotros.
En todas partes y lugares. Mirando a su pueblo y a todo cuanto ha creado. El representa la totalidad de la vida. Es el creador, el guardián, el maestro, el único.
Nosotros estamos aquí, gracia a Maheo.
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