Canciones...

Canción de todos:
Al otro lado de la Ley está la Gracia, y la Gracia debe preservarse. Si los filamentos de la Gracia se desenredan, se perderá su dibujo, y la gente con él. Canto 167
¡Las nubes cobraron vida y se precipitaron hacia la tierra! Los cascos pasaron como un relámpago entre el ejercito oscuro, el cual huyó ante el espectáculo de furia. Canto 211
Elevada más allá de si misma, Brindi fue un ángel de luz y furia para esa batalla. Canto 524
Tus enemigos golpearán la puerta de tus defensas, pero solo tú tendrás la llave, y ésa es la llave de la vida. Canto 873

Leyendo las viejas canciones épicas, los nombres de esos héroes cuyos actos han permanecido largamente olvidados. Radicalmente ausentes de nuestro recuerdo, ajenos logros que nos dieron la libertad y la vida, y ni un pensamiento les dedicamos. Ajenos a nuestro olvido, sus vidas se levantan honrosas y su majestuosidad y valor oprime el corazón de los que por casualidad o por causalidad topan con bellas canciones dedicadas a sus vidas.
Canciones que hablan de guerra, canciones que hablan de batallas, de muertes, de sanguinarios personajes que solo buscan una mayor grandeza, pero sorprendentemente las canciones más hermosas son aquellas donde, los muertos son los más cercanos al héroe, donde un hilo muy fino separa el triunfo de la derrota, aquellas en las que el fin se intuye cercano.
Canciones de amor, las guerras antiguas estaban llenas de amor, ahora ya han cambiado.
Lejano ha quedado el tiempo donde la mejor armadura era el amor, lejano el tiempo donde la mejor arma era el orgullo, lejano el tiempo donde todo lo que se dirimía en la lucha era la vida o la muerte, la libertad o el cautiverio, la tranquilidad o el exterminio.
Extraños tiempos donde las canciones, eran la mejor forma de recordar la historia de un pueblo orgulloso, donde cada muerte se entrelazaba de un halo de historia y de leyenda y permanecía en el recuerdo de un linaje ilustre que se enaltecía de tener tan valiosos ascendentes.