Marieta
PeterPaulistic@¹
    
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"al bien hacer jamás le falta premio
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« : 11 de Diciembre 2007, 10:27:03 » |
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Algo de esto tienen nuestras Navidades. No digo la Navidad, que evidentemente es otra cosa: misterio de cercanía, inequívoca señal de cómo nos ama Dios. En la Navidad los creyentes celebramos el nacimiento del Hijo de Dios que quiso vivir entre nosotros para enseñarnos con su palabra y con su compromiso que el único camino de este mundo nuestro es la fraternidad compartida y la igualdad que nace de la justicia como fuente de donde debe brotar una paz estable y duradera.
Las blancas y dulces Navidades, las tiernas y emotivas celebraciones navideñas, las gozosas y costosas fiestas en torno al portal de Belén bien poco tienen que ver con el originario mensaje en el que yo creo. Nuestro sistema capitalista-consumista está en el polo opuesto de lo que significa la Navidad. Cristo nace pobre, nuestro sistema estimula a ser ricos; Cristo nace para crear solidaridad, nuestro sistema engendra rivalidad; Belén iguala y dignifica a todos, el sistema selecciona a los mejores. No hay posible entendimiento.
Pero la estrategia capitalista es realmente inteligente. No trata de oponerse a la Navidad, sino de integrarla. Al capitalismo le interesa sacar provecho de lo humano y de lo divino, de todo. Para este sistema, para quienes lo sostienen, sean políticos, financieros o eclesiásticos. Dios no será otra cosa que una fuente de ingresos.
Todo es cuestión de mantener las palabras, pero vaciándolas previamente de sentido. Se escucha el mensaje, pero se cierra el oído a sus exigencias; se celebra la Navidad cristiana, pero no cristianamente sino comercialmente. Esta operación resulta sumamente provechosa para el sistema. En primer lugar, por una razón obvia, que es el beneficio económico. La Navidad se convierte en fiesta consumista de primer orden. El Niño Jesús viene a ser prácticamente un mazapán. La Nochebuena equivale a la cena-buena y la alegría de la Navidad brota espontánea después del champán.
Diamantino García.
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