
Te extraño.
Te extraño tanto que hasta me arrancaría la piel
para no sentir,
la colgaría en la puerta de tus sueños.
Y en un toc toc te despertaría con mis besos.
Te extraño tanto que ya no recuerdo mi nombre.
Porque corrió tras tus pasos.
Intentaba explicar que la esencia
se observa con los anteojos del alma.
Te extraño tanto que mis ojos se niegan a leer
La literatura de tus labios.
El amor se desprende de mi estómago:
Se rige por tus caricias y la tutela de los sueños.
Te extraño tanto que mi cuerpo es nada.
Soy una mujer yerta desde que tu adiós
Se impregnó en mis huesos.
Hasta me cubro de cenizas e intento no llorar.
Te extraño tanto que juego con la memoria
A dibujarte con la luna...
Morí hace tiempo...
Cuando por última vez refugié mi vida en tu mirada.
Jimegeo.
