Entre idas y venidas...

Recorriendo los mismos caminos de nuevo, volviendo tras mis pasos en tu búsqueda. De espaldas hacia la meta del camino que un día recorrí, hasta el día que me di cuenta que lo que realmente deseaba era volver donde me encontraba. Punto de partida, que era, el punto en el que siempre desee estar. Como un crió que no se contenta con lo que tiene y desea demasiadas cosas; me marche en busca de lo que no tenia, y cuando encontré lo que me faltaba, me di cuenta que todo lo que había sacrificado para conseguirlo, era lo que realmente quería.
Tan equivocado, en la idea de buscarte como en la de volver atrás. En un camino vació sin recompensa hacia ninguna dirección que tome. Solo en la inmensidad de carreteras vacías.

Investigando en la profundidad de mi mente. Encontrándote, sola, vacía, e inesperadamente tranquila. Permanecías inmóvil, suplicando que te encontrara. Eres incapaz de salir de mis espacios para siempre, no puedes cortar el vínculo que nos une, sin dejar un rastro para que te encuentre, sin ni siquiera proponérmelo.
Te comportas como una joven enamorada, caprichosa, huidiza, e irritable ante la falta de atención a la que eres expuesta. Alargas tus zancadas, y te encaminas hacia la libertad que tanto prodigas. Insultada en la profundidad de tu ser, tu orgullo te empuja a rebelarte; levantas la cabeza y pasas a mi lado con una indiferencia artificial. Te vuelves y descubres que soy ajeno a ti. La ira te devora y te sientes incapaz de controlar tus actos. Te giras y me abofeteas.

Demonios que te quieren,
Ángeles que se olvidan de ti.
El infierno congelándose,
paso a paso, bajo tus pies.

Olvidando tu vida,
en un cielo que nunca te fue fiel.

Embriagadora sensación hacerte feliz.
Como otra pared más me descubro esperándote.