Hobo
PeterPaulistic@
   
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Humoristica PeterPaulistica
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« : 5 de Agosto 2007, 19:18:12 » |
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Las amigas y los enchufes
UNO NO LLEGA A SER DIRECTIVO de una empresa echando un currículo, lo hace porque un conocido le llama, dice Paul Seabright, profesor de Economía de la Universidad de Toulouse (Francia). Elemental. Estamos de acuerdo. Pero el profesor nos explica, a continuación, el problema que tenemos las mujeres con los conocidos que no nos llaman. Y se complica la vida buscando razones complejas a lo que no requiere investigación científica alguna. Afirma que el obstáculo es que nosostras formamos lazos sólidos mientras que los hombres los hacen flexibles. O que tenemos muchas amigas y pocas conocidas. O sea, relaciones profundas, pero pocos enchufes.
SEABRIGHT IDENTIFICA bien el problema, pero no la causa. Que no tiene nada que ver con sus supuestas diferencias psicológicas, ni con la abundancia de amigas, ni con la escasez de contactos. Los tenemos, tantos como los hombres. El problema es que no son útiles profesionalmente. Porque los hacemos en la guardería, en el súper, en la peluquería... Seabright no se imagina la cantidad de realaciones que se hacen en esos lugares. Ahora bien, es cierto que no te llaman para ofrecerte un puesto de dirección. Te llaman para preguntarte por la próxima reunión del cole de los chicos o por el campamento de verano.
SI FUIMOS A LA UNIVERSIDAD, los contactos que hicimos tampoco ayudan mucho. Muchas compañeras no llegaron a directivas porque eligieron un trabajo a tiempo parcial para atender a sus hijos. Otras, incluso, abandonaron su profesión o se dedicaron a apoyar la carrera de él. También nos las encontramos en la puerta del cole, no en el "top ten" de las directivas españolas.
Y SI HEMOS PROSPERADO profesionalemnte, lo de los contactos sigue estando realmente complicado. No porque la psicología femenina nos traicione y nos dé por querer ser amigas de los jefes, sino por algo mucho más sencillo. Porque nos sabemos hablar de fútbol ni de mujeres. Seabright ha minusvalorado el pequeño gran detalle de que los jefes, es decir, los contactos que te ascienden, son hombres. Y cuando socializan, prefieren a nuestros compañeros que sí están capacitados para hablar de fútbol y de mujeres. En las contadas ocasiones en que logramos traspasar esa barrera, llega el último obstáculo. Su mujer, mejor dicho, todo el mundo cree que lo que queremos es ligárnoslo. Que somos unas asquerosas y peligrosas lobas. Y querido profesor Seabright, admítalo, así no hay forma de que las mujeres hagamos relaciones.
Edurne Uriarte.
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