Un muerto, catorce heridos y setenta y ocho detenidos fue el saldo de los graves enfrentamientos entre seguidores de Nueva Chicago y Tigre tras el encuentro que disputaron por una plaza en la Primera división del fútbol argentino. "Tenemos que lamentar un fallecido", señaló a la Prensa el director del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME) de la Ciudad de Buenos Aires, doctor Alberto Crescenti.
Los incidentes comenzaron en los últimos instantes del partido que Tigre ganaba por 2-1 en el estadio de Nueva Chicago, en el barrio de Mataderos, cuando los hinchas locales indignados porque con ese resultado su equipo descendía a Segunda invadieron el terreno de juego. Mientras los jugadores huían despavoridos hacia los vestuarios y el árbitro suspendía el partido, los seguidores de Nueva Chicago corrieron hacia el sector donde estaban los de Tigre y comenzaron una pelea cuerpo a cuerpo, arrojándose palos, piedras y hasta carteles de publicidad. Los enfrentamientos continuaron en los alrededores del campo, en la autopista General Paz, justo en el horario de mayor tráfico, y los automovilistas debieron detener la marcha para no atropellar a los hinchas, que continuaban arrojándose piedras, mientras la policía intentaba dispersarlos con balas de goma y gases lacrimógenos.
Crescenti informó de que un hombre de 41 años recibió atención médica por "un traumatismo gravísimo de cráneo y, pese a las maniobras de reanimación, ha fallecido". No dio detalles sobre las causas del deceso, pero medios locales dijeron que el hombre, que sería hincha de Tigre, murió como consecuencia de una pedrada en la cabeza. El galeno informó, además, de "once ingresados con politraumatismos varios y heridas cortantes", mientras que tres policías fueron atendidos también con lesiones.
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