Peky
Expert@
Veteran@
  
Karma : 196
Sexo: 
Mensajes: 750
Escucha a tu corazon que mas sabio que el no hay!!
WWW
|
 |
« : 26 de Enero 2004, 06:30:09 » |
|
Tadeo, que era uno de los comentaristas más inflamados, en el culto de la buena Nueva, en casa de Pedro, se entusiasmó en la reunión, relacionando las necesidades de la felicidad humana y clamando contra los dominadores de Roma y contra los rabinos del Sinedrio.
Tocado de inocultable indignación, disertó largamente sobre la discordia y el sufrimiento reinantes en el pueblo, situándoles la causa en las deficiencias políticas de la época, y, después que expuso varias consideraciones preciosas, en torno al asunto, Jesús le preguntó: Tadeo, ¿cómo interpreta usted la felicidad?
Señor, la felicidad es la paz de todos.
El Cristo estampó significativa expresión fisonómica y dijo:
Sí, Tadeo, esto no lo desconozco; sin embargo desearía saber cómo se sentiría usted realmente feliz.
El discípulo, con cierta timidez enunció: Maestro, supongo que lograría la suprema tranquilidad si pudiese alcanzar la comprensión de los demás.
Deseo, para ese fin, que el prójimo no desprecie mis intenciones nobles y puras.
Sé que yerro, muchas veces, porque soy humano; con todo, estaría contento si aquellos que conviven conmigo me reconociesen el sincero propósito de acertar.
Respiraría bendito júbilo si pudiese confiar en mis semejantes, recibiendo de ellos la justa consideración a la que me sienta acreedor en base a la elevación de mi ideal.
Suspiro por el respeto de todos, para poder trabajar sin impedimentos.
Me regocijaría si la maledicencia me olvidase.
Vivo en expectativa de la cordialidad ajena y juzgo que el mundo sería un paraíso, si las personas en la senda común, se tratasen de acuerdo con mis anhelos honestos de ser considerado por los demás.
La indiferencia y la calumnia me duelen en el corazón.
Creo que el sarcasmo y la sospecha fueron organizados por los Espíritus de las sombras, para tormento de las criaturas.
La impiedad es como hiel cuando es dirigida contra mí, y la maldad es como un fantasma de dolor cuando viene a mi encuentro.
En razón de eso, me sentiría venturoso si mis parientes, allegados y coterráneos me buscasen, no por lo que aparento ser en las imperfecciones del cuerpo, sino por el contenido de buena voluntad que presumo conservar en mi alma.
Por encima de todo, Señor, estaría sumamente satisfecho si cuantos caminan conmigo me concediesen el derecho de experimentar libremente mi género de felicidad personal, siempre que me sienta aprobado por el código del bien, en el campo de mi conciencia, sin ironías ni críticas inmerecidas.
Resumiendo, Maestro, yo quisiera ser comprendido, respetado y estimado por todos, aunque no sea, aún, el modelo de perfección que el Cielo espera de mí, con el bendito concurso del dolor y del tiempo.
Callóse el apóstol y esbózose, en la sencilla sala, incontenible curiosidad ante la opinión que el Cristo adoptaría.
Algunos compañeros esperaban que el Amigo Celeste usase el verbo en extensa disertación, pero el Maestro fijó sus límpidos ojos en el discípulo y habló con franqueza y dulzura:
Tadeo, si usted procura, entonces, la alegría y la felicidad del mundo entero, proceda para con los otros como desea que los otros procedan para con usted. Y caminando cada hombre con esa norma, en breve extenderemos en la Tierra las glorias del Paraíso.
NEIO LUCIO
Del Evangelio en el Hogar
|