Dicktracy
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CARPE DIEM
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« Respuesta #23 : 19 de Mayo 2007, 19:39:11 » |
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EL CHELSEA DERROTA AL MANCHESTER EN LA PRÓRROGA
Mourinho se consuela con la Copa Inglesa
Sábado 19/05/2007
AGENCIAS
MADRID.- Un gol de Drogba a falta de cinco minutos para el final de la prórroga concedió el título al Chelsea, la Copa inglesa, al derrotar al Manchester en la inauguración oficial de Wembley. Un título que sirve de premio de consolación para Mourinho y compañía.
Marchitado, el trebol de títulos que Roman Abramovich, dueño del Chelsea, guardaba en su despacho sobrevivió, aunque fuera con una sola hoja. Por eso, cuando el cuarto árbitro mostró los tres minutos de prolongación en la prórroga, Jose Mourinho se tiraba por los pelos, mientras de su boca manaban toda clase de improperios. Era consciente de que su tiempo de vida en Stamford Bridge estaba ligado a ese pétalo, a su supervivencia o su caída.
El último estertor de la temporada en Inglaterra llegó a su rescate. Al límite. Una maquinaria pesada, edificada bajo el desenfrenado golpe de talonario de su dueño, se abrazaba en el césped del nuevo e imponente Wembley para celebrar el premio de consolación. El menor de todos los objetivos. Seguro que por eso Mourinho reveló un sueño de niñez: "Ganar la Copa inglesa". Sueño tardío, porque los sueños de gloria, la Champions y la Premier, se marcharon por la puerta de atrás.
Esa obligación en la victoria hizo que los 'Blues' llevaran las riendas del partido. Una jerarquía, todo hay que decirlo, facilitada por la disposición del Manchester, que no tuvo reparo en ceder terrreno, para evitar ser atacado a la contra y aprovechar en beneficio propio este arma. Sin embargo, faltó fluidez en el centro del campo. El balón pasaba por el centro del campo en contadas ocasiones, las obligadas para saber que era fútbol y no voleibol.
Scholes debía retrasar su posición hasta casi la frontal de su área para construir juego. Una construcción que casi siempre presentaba el mismo perfil: balón largo para que Rooney peleara causas imposibles. Terry y Essien eran dos huesos muy duros, pero aún así, el joven delantero apareció con dos poderosas cabalgadas, que siempre murieron a los pies de Cech. Él se lo guisaba y él se lo comía, pero terminaba desfondado. Faltaban apoyos, sobre todo el del Cristiano Ronaldo, muy apagado. Demasiado. Desparecido.
Con el paso de los minutos el Chelsea creció en agresividad y presencia, cualidades insuficientes en un partido cortado por el patrón inglés. De hecho, las mejores ocasiones fueron para el Manchester: una doble de Rooney y Ronaldo que Cech desbarató con gran agilidad y un remate a bocajarro de Giggs en el que, nuevamente, el portero checo atrapó, dentro de la portería. Los 'Red Evils' pidieron gol, pero la jugada se tornó en una más. Cech sacó y listo. Es verdad que se metió en la portería empujado por Giggs, que en su inercia lo arrastró. Falta. Pero todo quedó en vacío legal gracias al árbitro.
Caminaba el partido hacia los penaltis cuando el Chelsea se decidió a triuangular. Extraña maniobra en el partido. Obi Mikel tocó para Drogba que, de primeras, realizó la pared con Lampard, quien le devolvió de primeras. El marfileño exhibió potencia para plantarse delante de Van der Sar, al que batió con un toque sutil. Gol al borde del último aliento para regar un huerto rico en billetes pero pobre en títulos.
Terry (i) y Lampard levantan la Copa de campeones. (AP)
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