Lagrimas de las sombras que huyen del silencio
de las olas, de los vientos que no encuentran alivio
tiempos eternos que se rozan con lo efimero
la voz que no llega para desterrar los fantasmas del olvido
las lenguas deshabitadas de verdades, de mentiras, de la nada.
Caminos vacios de rumbos, las cumbres ya no devuelven los ecos
los rios negros de los desamparos de tu ausencia, de tu presencia
vuelos aleteados sobre las dunas desiertas e inciertas
tu fantasma rasga mi garganta como si tu voz se deslizara en ella
espero sentado en la ventana del olvido, mi sombra se pierde en la negrura de tu memoria
solo juego bajo un roble bajo las ramas que me recuerdan a tus brazos
me pierdo al no encontrarme en la vieja morada de tus pensamientos
me quiebro bajo las cruces inequivocas del engaño, del letargo del ayer
laberintos sonoros, insipidos, ciclicos, me repito, me sigo repitiendo
lo sabio, lo noble, lo vivo, el manto sobre las llanuras del crepusculo
sobre la hierbas rojas de los corazones adoloridos, alli habito, alli resueno
el telefono no suena, me miento, me escondo, te espero en la puerta de la esperanza.
