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Una vez tuve una vida, no era fácil pero era mía
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« : 21 de Abril 2007, 14:09:25 » |
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La Iglesia cierra el limbo, pero abre el paraíso para salvar a los chicos muertos no bautizados EFE - Roma - 21/04/2007 La Iglesia católica ha eliminado el limbo, el lugar donde la tradición colocaba a los chicos que morían sin recibir el bautismo, al considerar que refleja una "visión excesivamente restrictiva de la salvación". Así se afirma en un documento publicado ayer por la Comisión Teológica Internacional, que depende de la Congregación para la Doctrina de la Fe al asegurar que existen "serias razones teológicas para creer que los chicos no bautizados que mueren se salvarán y disfrutarán de la visión de Dios".
La publicación del documento ha sido autorizada por el papa Benedicto XVI. El limbo nunca fue considerado un dogma de la Iglesia y no está mencionado en el Catecismo. En 1984 cuando el actual Papa ejercía de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ya afirmó que el limbo era sólo una "hipótesis teológica" y que lo mejor sería no tenerlo en cuenta.
Un miembro de la comisión, que precisó que la Iglesia sigue considerando el bautismo como el camino para la salvación pero, en estos casos, la misericordia de Dios es más grande que el pecado. La misma fuente agregó que los muchos factores analizados ofrecen la suficiente base teológica y litúrgica para creer que los chicos que mueren sin bautizar "se salvarán y gozarán de la visión beatífica".
Problema pastoral urgente
El documento se titula La esperanza de salvación para los chicos que mueren sin ser bautizados y, según la Comisión, el limbo representaba un "problema pastoral urgente", ya que cada vez son más los chicos nacidos de padres no católicos y que no son bautizados y también "otros que no nacieron al ser víctimas de abortos". La Comisión Teológica Internacional señala además que "es cada vez más difícil aceptar que Dios sea justo y misericordioso y a la vez excluya a chicos que no tienen pecados personales de la felicidad eterna".
El documento destaca que ni en la Sagrada Escritura ni en la tradición hay una "respuesta explícita" a este problema. El texto recuerda que en el siglo V San Agustín decía que los chicos muertos sin bautizar iban al infierno y, a partir del siglo XIII, comenzó a hablarse del limbo como "ese lugar donde los chicos no bautizados estarían privados de la visión de Dios, pero no sufrirían, ya que no lo conocían".
La Comi
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