Cap.3
Para millones de mujeres el hogar no es un refugio, sino un lugar de terror. La brutalidad masculina contra las mujeres es una práctica universal y generalizada a la que está expuesta cualquier mujer.
La mayoría de los estudios disponibles indican que las mujeres sufren daños provocados por sus parejas. Tal comportamiento es habitual en Suecia, Bangladesh, Irlanda, Kenia, España, Jordania, Ucrania, Macedonia, Australia, Japón, Francia o China. Los informes disponibles así lo atestiguan: en Chile el 60 % de las mujeres que viven en pareja ha sufrido agresiones en el hogar y en más del 10% de los casos registrados fueron graves. En Perú, el 70% de los delitos denunciados a la policía está relacionado con mujeres golpeadas por sus maridos. Según recuentos policiales, el 40% del total de homicidios en Jamaica se produce en el seno del hogar. En el Informe sobre el Estado de Población Mundial de 2002 se señalaba que cada 15 segundos una mujer es golpeada en Estados Unidos por un compañero íntimo. Y en España, los recuentos de las organizaciones de mujeres señalan que, hasta noviembre de 2003, 70 mujeres habían sido asesinadas por sus compañeros, o ex compañeros, y otras muchas estuvieron a punto de perder la vida por esta causa. Durante el año 2002, más de 43.313 mujeres denunciaron haber sido objeto de ciolencias físicas y psíquicas por parte de sus parejas. Se estima que un 80% de las mujeres no denuncia los hechos violentos(terrible,pero es asi
)
Cap.4
Los actos de brutalidad masculina en el hogar no difieren de un lugar a otro. En ocasiones, los daños son producidos con las manos, las piernas, o con objetos como cuerdas, ácidos, hachas, pistolas, cuchillos, coches. Las lesiones que provocan pueden ser arañazps, hematomas, erosiones, contusiones, roturas, quemaduras, inflamaciones, pérdida de piezas dentales, del cuero cabelludo, rotura del tabique nasal, fractura de dedos, de muñecas, de codos, costillas, pérdida de la visión o del feto, o de la audición. El catálogo de dañis es amplísimo. Los hombres que maltratan habitualmente tienen una gran experiencia y eligen para su brutalidad aquellas zonas del cuerpo menos expuestas a las miradas: muslos, espalda, vientre, costillas. Las agresiones también pueden consistir en actos verbales, mediante el uso de palabras que descalifican, humillan, avasallan, ridiculizan, intimidan, desvaloran. O pueden consistir en actos de control que limitan la libertad deambulatoria, el acceso a los recursos económicos, la libertad de expresarse o comportarse, de opinar, de vestir, o de relacionarse con los amigos, los hijos, los parientes, los compañeros de trabajo. O pueden revestir la forma de asedio sexul, imponiendo por la fuerza o la intimidación relaciones sexuales no deseables...