Las pelusas... esas grandes desconocidas.
Aunque barra el suelo cada día, ellas aparecen sin ser llamadas, aunque limpie el polvo de los muebles, abro la ventana para ventilar y ahi está él, silencioso esperándome...... Joerrrrrrrr, qué jartura polvo, lechesssss, que no acabas nunca. Que a veces mi pasillo parece el Far west con esas pelusotas enormes rodando por ahi, coña!!!

Polvo por polvo me quedo con el que insinuaba el minino. Al otro que le den por saco
