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La pesadilla de LOBA SOLITARIA
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« : 18 de Marzo 2007, 17:22:57 » |
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La sexualidad de nuestros bisabuelos era más divertida y fresca que la de los jóvenes de hoy
La historiadora llanisca Fe Santoveña presentó en la Casa de Cultura su libro 'Vida sexual en la Asturias tradicional'
GUILLERMO F. BUERGO/LLANES
AUTORA. Fe Santoveña, ayer en la Casa de Cultura. / D. E.
La llanisca Fe Santoveña Zapatero, licenciada en Historia y nacida en Vibaño hace 43 años, presentó ayer en la Casa de la Cultura de Llanes su último libro titulado 'Vida sexual en la Asturias tradicional'. El volumen consta de 123 páginas, se vende en las librerías a 18 euros y profundiza en las relaciones sexuales de los asturianos desde mediados del siglo XIX hasta el final de la primera mitad del XX.
La principal conclusión que la autora extrae en el texto sirve para explicar que nuestros bisabuelos desarrollaron una sexualidad «más divertida, amena y fresca» que la de los jóvenes de hoy en día. Eso sí, salvo en los momentos que coinciden con la llegada al poder del general Francisco Franco.
La autora, que es fundadora del colectivo 'Muyeres', se define como «estudiosa de la cultura tradicional» y señala que el origen del libro se sitúa en una conferencia que pronunció en el museo etnográfico Llacín, de Porrúa. Santoveña participa habitualmente en cursos de orientación familiar en aspectos de educación que inciden en las relaciones afectivas y sexuales. Desde ese emplazamiento comenta que «la gente mayor habla sin problemas ni tabúes sobre el sexo».
La exposición de Fe Santoveña sobre la sexualidad de los asturianos de hace un siglo quedó plasmada en decenas de anécdotas y curiosidades, obtenidas mediante un minucioso estudio de recopilación de datos. Una de las más divertidas fue la de «una paisana que entablilló el pene a un sobrino al verlo crecer torcido y raro».
«No era soez»
Sobre todo pretendió dejar muy claro que nuestros antepasados hacían un mejor uso del lenguaje cotidiano sobre la sexualidad, que «no era soez y gozaba de gran sentido del humor». Por eso señaló que los abuelos se sorprenden en la actualidad ante conversaciones en las que se utilizan «palabras groseras y vulgares» para explicar las relaciones sexuales.
Es decir, «nuestros antepasados eran más naturales» y se explicaban tal y como eran, «unos tímidos y los otros promiscuos, callados o desinhibidos».
Desde siempre «hubo relaciones fuera del matrimonio» y en todas las épocas «era raro que por ambas partes se llegara virgen al casamiento». Lo peor sucedió en los momentos de la dictadura franquista, que supuso «una terrible represión para la sexualidad femenina». Fueron instantes de «penuria», en los que se cercenó la libertad de etapas anteriores.
Incluso hubo lugar para detallar anécdotas interesantes, pícaras y jugosas, como aquéllas basadas en los métodos anticonceptivos más usados hace un siglo. Uno de ellos se sustentaba en «beber vinagre» por parte de la mujer y la explicación es que no quedaba embarazada al padecer anemia, producida por un «bajón en las defensas a consecuencia del ácido acético». Y otro consistía «en hacer el amor de pie para que por efecto de la ley de la gravedad el semen descendiera por el interior de la vagina».
No podía quedar al margen el uso de los preservativos, que para el asturiano normal no eran otra cosa que «artilugios de los que sólo hacían uso las clases más elevadas». Y eso que desde la época de los romanos «ya se usaban para tal fin tripas de cordero».
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