El marido llega a casa a las seis de la tarde y dice a su esposa:
- Cariño, tengo una reunión de trabajo a las diez de la noche, pero no voy a
ir... ¡Me parece que están abusando de mí!
La mujer, preocupada por él, lo convence de que el trabajo es importante.
Entonces, el marido se va a pegar una ducha para estar listo, y piensa:
- Fue fácil engañarla.
Como toda mujer que se precie de serlo, cuando el hombre entra al baño,
revisa todas sus cosas: billetera, maletín, bolsillos del traje, etc. y
encuentra un papel con el siguiente texto: "Mi amor, te estoy esperando para
comernos el pavo con salsa blanca del que hemos hablado".
La mujer coloca el papel donde estaba y, cuando el marido sale del baño, se
la encuentra tumbada en la cama toda fogosa, semidesnuda, escasamente
cubierta con una negligée transparente y en una postura muy sensual. El
marido se pone como loco, no pierde tiempo y hacen el amor como en los
viejos tiempos...
Cuando terminan, el tipo, medio muerto, se queda dormido. Cuando va llegando
la hora de la 'reunión', la mujer lo despierta, pero él no quiere saber nada
de la reunión aunque, finalmente, ella lo convence.
Al llegar a casa de su amante, el marido, aún cansado, le dice:
- Cariño, he trabajado tanto hoy que sólo tomaré un baño y descansare un
poco.
Al entrar al baño, la amante -como toda mujer- revisa los bolsillos de su
pantalón y encuentra un papel que dice: "Ahí te mando el pavo, ... La
salsa blanca quedó en casa. Saludos".
