Una vez me dijo la que compartía mi lecho aquella noche
que a través de sus pezones se conectaba con su sexo
Después de aquella confidencia supe conectar sus pechos
con sus más íntimos deseos, de manera que cada vez
que deseaba saber si estaba receptiva para amar
rozaba suavemente sus pezones casi sin tocarlos
imperceptiblemente se estremecía si deseaba seguir
o me rechazaba con gran desilusión por mi parte.
Según supe después, con los años, y en otros casos
Que pueden ser similares los efectos de esas conexiones femeninas internas.
Ahora puedo decirte que a través de los pechos de la mujer
se abre la puerta del sexo, el camino para saborear
el por mí más deseado tesoro, por la manera de acariciarlos
se puede abrir la escotilla que desata el deseo de ser amada
el más profundo de darse entera de una vez,
y te contaré que en alguna ocasión
hasta lo he podido degustar en la primera cita,
curiosa mujer aquella, gustaba tanto del sexo oral
que a veces se olvidaba que yo la esperaba
después de sus orgasmos encadenados,
en fin, en cuestiones de sexo nunca se acierta del todo.
