Me llego esto x mail y me gusto, probablemente ya lo conozcais pero me hizo sonreir un rato, es mi generacion
El objeto de esta misiva es la de reivindicar una generación, los 75-85, de
todos aquellos que nacimos en los 80 (un par de años arriba, años abajo), la
de los que estamos currando de algo que nuestros padres ni podían soñar, la
de los que vemos que el piso que compraron nuestros padres ahora vale 20 o
30 veces más, la de los que estaremos pagando nuestra vivienda a los 50
años.
Nosotros no estuvimos en la Guerra Civil, ni en mayo del 68, ni corrimos
delante de los grises, no votamos la Constitución y nuestra memoria
histórica comienza con las olimpiadas del 92.
Aunque no nacimos en una dictadura, siempre hemos tenido una conciencia
democrática y la serie Cuéntame nos parece que es una mierda que hace
apología del franquismo.
Por no vivir activamente la Transición se nos dice que no tenemos ideales y
sabemos de política más que nuestros padres y de lo que nunca sabrán
nuestros hermanos pequeños y descendientes.
Somos la última generación que hemos aprendido a jugar en la calle a las
chapas, la peonza, las canicas, la comba, la goma o el rescate y, a la vez,
somos la primera que hemos jugado a videojuegos, hemos ido a parques de
atracciones o visto dibujos animados en color.
Los Reyes Magos no siempre nos traían lo que pedíamos, pero oíamos (y
seguimos oyendo) que lo hemos tenido todo, a pesar de que los que vinieron
después de nosotros sí lo tienen realmente y nadie se lo dice.
Se nos ha etiquetado de generación X y generación sandwich, y tuvimos que
tragarnos "bodrios" como: Reality Bites, Melrose place o Sensación de vivir,
y más adelante, a las 11 en casa y compañeros (te gustaron en su momento,
vuélvelas a ver, verás que chasco). Lloramos con la muerte de Chanquete, con
la **** madre de Marco que no aparecía, con las putadas de la Señorita
Rottenmayer. Somos una generación que hemos visto a Maradona hacer campaña
contra la droga, que nos reímos de un anuncio que decía que si el Madrid era
otra vez campeón de Europa, que durante un tiempo tuvimos al baloncesto como
el primero de los deportes.
Hemos vestido vaqueros de campana, de pitillo, de pata de elefante y con la
costura torcida; nuestro primer chándal era azul marino con franjas blancas
en la manga y nuestras primeras zapatillas de marca las tuvimos pasados los
10 años.
Entramos al colegio cuando el 1 de noviembre era el día de Todos los Santos
y no Halloween, cuando todavía se podía repetir curso, los últimos en hacer
BUP y COU, los pioneros de la E.S.O. Hemos sido las cobayas en el programa
educativo, somos los primeros en incorporarnos a trabajar a través de una
ETT y a los que menos les cuesta tirarnos del trabajo...
Siempre nos recuerdan acontecimientos de antes que naciéramos, como si no
hubiéramos vivido nada histórico. Nosotros hemos aprendido lo que es el
terrorismo contando chistes de Irene Villa, vimos caer el muro de Berlín y a
Boris Yelsin borracho tocarle el culo a una secretaria; los de nuestra
generación fueron a la guerra (Bosnia, etc.) cosa que nuestros padres no
hicieron; gritamos OTAN no bases fuera, sin saber muy bien qué significaba y
nos enteramos de golpe un 11 de septiembre.
Aprendimos a programar el video antes que nadie, jugamos con el Spectrum,
odiamos a Bill Gates, vimos los primeros móviles y creímos que Internet
sería un mundo libre.
Somos la generación de Espinete, Don Pimpón y Chema elpanaderofarlopero".
Los que recordamos a Enrique del Pozo cantando con Ana (abuelitodimetu...),
los mundos de Yupi y las pesetas rubias. Nos emocionamos con superman, ET o
En busca del Arca Perdida. Comíamos Phosquitos y los Tigretones eran lo
mejor, aunque aquello que empezaba (algo llamado Bollycao) no estaba del
todo mal.
Somos la generación del "El coche fantástico", "Oliver y Benji"...
La generación que se cansó de ver las mamachichos. La generación a la que le
entra la risa floja cada vez que tratan de vendernos que España es favorita
para un mundial. La última generación que veía a su padre poner la baca del
coche hasta el culo de maletas para ir de vacaciones. La última generación
de las litronas y los porros, y qué coño, la última generación cuerda que ha
habido. Este correo está dedicado a las personas que nacieron entre 1975 y
1985. La verdad es que no sé cómo hemos podido sobrevivir a nuestra
infancia!!!!
Mirando atrás es difícil creer que estemos vivos en la España de antes:
Nosotros viajábamos en coches sin cinturones de seguridad traseros, sin
sillitas especiales y sin air-bags, hacíamos viajes de más de 3h sin
descanso con cinco personas en el coche y no sufríamos el síndrome de la
clase turista. No tuvimos puertas con protecciones, armarios o frascos de
medicinas con tapa a prueba de chicos. Andábamos en bicicleta sin casco, ni
protectores para rodillas ni codos. Los columpios eran de metal y con
esquinas en pico.
Salíamos de casa por la mañana, jugábamos todo el día, y solo volvíamos
cuando se encendían las luces. No había móviles.
Nos rompíamos los huesos y los dientes y no había ninguna ley para castigar
a los culpables.
Nos abríamos la cabeza jugando a guerras de piedras y no pasaba nada, eran
cosas de niiños y se curaban con mercromina roja y unos puntos y al día
siguiente todos contentos.
Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo metido en una mochila
que, rara vez, tenía refuerzo para los hombros y, mucho menos, ruedas!!!
Comíamos dulces y bebíamos refrescos, pero no éramos obesos. Si acaso alguno
era gordo y punto.
Estábamos siempre al aire libre, corriendo y jugando.
Compartimos botellas de refrescos y nadie se contagio de nada. Sólo nos
contagiábamos los piojos en el cole. Cosa que nuestras madres arreglaban
lavándonos la cabeza com vinagre caliente (o los más afortunados con Orión)
Y ligábamos con l@s niñ@s jugando a beso, verdad y atrevimiento o al conejo
de la suerte, no en un chat diciendo memeces.
Éramos responsables de nuestras acciones y arreábamos con las consecuencias.
No había nadie para resolver eso. La idea de un padre protegiéndonos, si
trasgredíamos alguna ley, era inadmisible, si acaso nos soltaban un guantazo
o un zapatillazo y te callabas. Tuvimos libertad, fracaso, respeto, éxito y
responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.