Binabik
Veteran@
  
Karma : 1013
Sexo: 
Mensajes: 503
Campeón del mundo, de sueños rotos...
|
 |
« : 4 de Enero 2007, 14:05:04 » |
|
Recuerdo tu primer beso, suave y sedoso, que se amoldaba a mis labios. Tu primera mirada, llena de compasión e inquietud. Tu primera sonrisa, rebosante de sinceridad y amor. Tu primer pelo, rizoso y moreno, que se desprendía de tu preciosa cabecita para ir a parar a mi cama. Tus primeras lagrimas, deslizándose por tu piel mientras me susurrabas que no te querías marchar.
Hace más de un año, que tus lágrimas más importantes ya se han secado. Hace seis meses que tu preciosa cabecita ya no tiene ningún pelo rizado que se pueda desprender en mi cama. En estos seis meses tus sonrisas han seguido estando llenas de amor y sinceridad, en algún caso el dolor, también ha sabido hacerse un hueco entre esos deliciosos labios. Tus besos han permanecido inalterables durante varios meses, pero al final, un tubo de plástico había conseguido separar nuestros labios.
Cuando me besaste, aquella lluviosa tarde de octubre, mientras recogías tu paraguas y dejabas que el agua se deslizara por tu preciosa cabecita sin pelo, fue la primera vez y la ultima, hasta hoy, que llore al verte. Estabas preciosa y sonreías, me sonreías. Nunca he podido vencer esa sonrisa. Me ganabas, solo necesitabas abrir la boca y sonreír y me tenias, era tu esclavo. Los últimos días, fueron muy duros amor, tu dolor inundaba aquella pequeña sala, donde un par de desconocidos entraban cada dos minutos para dejar paso a otros desconocidos. Desconocidos y desconocidos. Ningún rostro que recordara, nadie, solo gente que no me importaban. Los odiaba, no soportaba su forma de apartarme de ti, tu preciosa, solo tu, nadie más y nunca podría abrazarte, nunca más… El final se acercaba y los odiosos personajes comenzaron a no entrar, al final eras solo mía. Te tenía para mí y eso era lo único que animaba mi existencia. Cada día que me despertaba a tu lado era un triunfo. Habíamos ganado muchas batallas, pero estábamos a punto de desfallecer, y todo se abría perdido para no volver. Nunca nadie ha tenido el tiempo necesario para despedirse de quien lo es todo. Cuando mis ojos se cerraban nada había pasado y, tu dulce mirada, tus deliciosos labios, tu preciosa cabecita, hasta tu victoriosa sonrisa volvían a tu rostro. Soñaba tus besos y tus caricias, despertaba con tristeza. Solo soñando era feliz, pero no quería dormir, tendría toda la eternidad para buscarte entre mis sueños.Deseaba permanecer contigo, con tu cuerpo y ese pedacito de tu mente que aun se asía a mí en los pequeños momentos en los que tu mano vencía al dolor y las drogas.
El fin se acercaba, y lo malo es que seria un final incompleto. Tu fin se adelantaba y me dejaba a mí, que haría yo, de echo que haré yo, solo páginas en blanco hasta que mi fin sea realidad. Un día la tristeza se agoto, tus mañanas se acabaron, nunca más desconocidos agolpados a una puerta diciéndome lo que más odiaba, como seria lo mejor, si lo único que yo deseaba es que permanecieras. Media hora, solo me dieron media hora, mi corazón ya no latiría más y solo media hora. Como resumir todo lo que sentía y siento a media hora. La inhumanidad no tiene limite, no habría tiempo para todo lo que te deseo decir, como empezar… No había nada que entorpeciera nuestros labios, nada que cubriera esa preciosa cabecita que aun brillaba. Me acerque a ti y después de permanecer la media hora tirado junto a ti en esa camilla impersonal, sujetándote la cabecita, esa cabecita preciosa. Nos interrumpieron, me bese y acaricie el lugar donde mis labios se habían detenido sobre tu preciosa cabecita. Te susurro unas palabras que no logro recordar y sonreí con una mueca de dolor mientras reprimía unas lágrimas.
Ha pasado tiempo y no te olvido. He conocido a personas que me recordaban a ti, sus ojos, sus labios, su cuerpo. Todo, pero solo eran fantasmas, y como fantasmas se desvanecían cuando las tocaba. Nunca te he visitado, y solo sueño con verte. Como interpretar el papel de seguir siendo yo, como permanecer inalterable ante tu ausencia. Como volver a dormir en esa cama donde tu cuerpo se entregaba a mí. Como volver a ducharme, cuando tu no estas para abrazarme la espalda y enjabonarme con tu cuerpo. Como podré vivir sin vida.
|