OlgaSaot
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Paz en la tierra y guerra en la cama!!
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« : 30 de Noviembre 2006, 16:27:23 » |
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EL MOVIMIENTO SWINGER Y EL ADULTERIO
Es tiempo de quitarse la mascara. Reconozcamoslo; desde tiempo inmemorial ha existido la infidelidad dentro del matrimonio o relacion de pareja.
No importa lo que digan las religiones, la moralidad o las costumbres "decentes" de una u otra epoca, la verdad es que ha sido comun que en una pareja, casada o no, alguno de los integrantes acabe por decidir en cierto momento ir en busca de algo que satisfaga un apetito que, siendo natural, ha sido por lo regular considerado como pecaminoso o inconveniente y que por muy diversas razones (hastio, incompatibilidad, diferencia de temperamento, etc.) no encuentra en la pareja. Esto antes era mucho mas cierto en los varones que en las mujeres aunque ahora las mujeres no se quedan atras.
Esto ha dado lugar a comedias, dramas, tragedias e incluso guerras...pero ya al inicio de un nuevo milenio que se viene significando por avances insospechados en todas las areas de la vida humana, ¿podria quedar este punto sin discutirse o abordarse?
Y lo contradictorio: Los puritanos y moralistas defienden el concepto tradicional de la fidelidad -aunque muchos, en realidad, la infrigen hipocrita y subrepticiamente- como quien defiende un derecho a la propiedad; es decir, el ser "amado" es en realidad, visto como una cosa que no puede ser prestado o dado a otro porque pierde valor; se "desvirtua"... Por otra parte, si dos seres desean comprometerse a llevar una total y absoluta fidelidad del uno hacia la otra -y viceversa- de por vida, nadie puede negar que es algo plausible e incluso admirable, siempre y cuando esa fidelidad se de tambien en total y absoluta libertad.
Pero la realidad cotidiana es otra; en nuestra sociedad, se obliga a los jovenes, al momento de contraer matrimonio, a intercambiar votos de por vida a una edad en la cual muchas de las ideas y nociones no estan totalmente afirmadas y mucho menos libremente escogidas, sino que mas bien obedecen a la educacion, costumbres y presion social.
Pero la gente cambia con el paso de los años y con la vida, y lo que pensaremos mañana no es exactamente lo que pensamos hoy.
¿Que hacer entonces con un compromiso que llega a convertirse en una tediosa y pesada carga? Es cuando muchos optan por una salida que de entrada, ellos mismos han catalogado como inmoral: el adulterio, el engañar a la pareja.
Es aqui donde entra a escena el movimiento swinger, el movimiento de la amplitud de movimiento, valga la redundancia, en la conducta sexual de las parejas y matrimonios. Porque una consecuencia natural de adoptar esta moral diferente y con ella el estilo de vida que lleva aparejado es el fin de la infidelidad. Y con ella, termina tambien el adulterio.
A algunos les sonara extraño, pero el verdadero swinger aborrece el adulterio. Adulterar (del latin adulterare=alterar, falsificar, deshonrar) es cambiar de manera ilegitima y unilateral la naturaleza, el sentido verdadero de algun compromiso anterior; existen pactos sagrados como son la amistad, la paternidad o maternidad y por supuesto el matrimonio. Cuando alguno de los conyuges violenta la palabra empeñada ("te sere fiel, no tendre contacto carnal con nadie que no seas tu") cae en adulterio, y esto no solo abarca la parte sexual de la pareja sino que puede comprender cualquier punto que ambos acuerden y pacten, asi sea el no bailar o ir al cine con quien no sea la pareja. Pero ¿que sucede cuando este pacto es revisado y ambos conyuges llegan a un nuevo acuerdo, donde se contemple, se respete y acepte la verdadera naturaleza de cada quien, sin engaños, sin dobleces? El adulterio no es tal.
EL FIN DE LA INFEDILIDAD
Casi por definicion logica, el o la swinger es alguien que disfruta al maximo de su libertad, ejercida esta con total respeto a la integridad de los demas, comenzando por la propia pareja.
Al poner la moral donde debe estar, en el corazon y en la mente, y quitarla de la zona genital y de el sistema endocrino, el movimiento swinger comienza por aceptar las inclinaciones naturales de cada persona humana, sin detrimento en lo absoluto de la etica.
Cuando un matrimonio o pareja comienza a platicar abiertamente entre ellos de sus preferencias, inquietudes y fantasias sexuales es cuando se genera una empatia total entre ambos conyuges o novios, porque al aceptar de frente a la pareja sus propios apetitos e inclinaciones, acaba por aceptar los de su consorte.
Y como consecuencia, es ahi cuando viene el fin de la infidelidad.
UN NUEVO ACUERDO
Asi como tenemos gustos y apetitos diferentes en otras cosas, en lo sexual no todos sentimos el mismo impulso sexual y muchas veces descubrimos que ese ser con el cual tanto conectamos en zonas muy variadas del acontecer humano, en otras simplemente tendemos a ser divergentes y manifestar preferencias distintas.
Y esta la otra vertiente para el enfriamiento de las relaciones de pareja: El aburrimiento.
Por mucho que a una persona le agrade algo, si eso le es dado una y otra y otra vez, fatalmente llegara el momento que busque -muchas veces sin decir nada a la pareja- una diversificacion de eso que tanto le ha agradado, sin que ello signifique que lo rechace totalmente o que le haya dejado de gustar.
¿Para que esperar todo esto? Lo razonable es conversar, razonar...y ponerse de acuerdo.
Al replantearse las cosas, ya ante la evidencia de la verdadera naturaleza intima de ambos conyuges, no solo es factible sino que se vuelve deseable el llegar a un nuevo acuerdo, a un pacto que realmente pueda ser respetado por ambas partes y es, a partir de ese momento, y de comun acuerdo entre ambos conyuges, cuando cualquier acto sexual de los dos aunque sea con una persona diferente se convierte intrinsecamente en una actividad de la pareja, sea ambos actuando activamente o uno activa y el otro pasivamente, pero tacitamente ambos siempre presentes por el simple hecho de que la "aventura" del esposo o esposa, es parte de un pacto, parte de un compromiso de amor, de aceptacion y de entendimiento plenos.
Esta, ademas, esa comezon de la curiosidad por lo nuevo, por lo diferente. Al fin y al cabo, el ser humano es explorador por naturaleza. Y algunas personas gustan de experimentar mas que otras.
Como sucede en tantas otras cosas, lo inesperado, lo diferente y ¿por que no? algo que resulte ser frescamente emocionante, suele ser la mejor receta para combatir el aburrimiento.
Al haber el permiso del conyuge para explorar y expandir las fronteras de la sexualidad de cada quien, la infidelidad pierde razon de ser, se hace totalmente innecesaria.
En su lugar quedara la aceptacion total del ser amado y es en ese momento cuando la promesa de buscar la felicidad de la pareja amada puede tornarse en realidad.
Claro, para derrotar esa moral anquilosada que ha precipitado a la hipocresia y al engaño a tantos hombres y mujeres, es necesario derrotar primero el malsano demonio de los celos. Muchas personas admiten abiertamente que los celos no son otra cosa que inseguridad, pero sin embargo, que dificil ha sido para muchos despojarse de esa baja y enfermiza pasion.
Cuando la busqueda del placer personal se basa en la busqueda del placer del ser amado, no queda lugar para los celos, porque estos son el sintoma mas claro de un egoismo que es incapaz de anteponer el bienestar de quien se dice amar; es decir, el amor a si mismo es mucho mayor que el amor hacia la otra persona. Y eso no es verdadero amor.
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