Anna Jarvis a los 41 años era muy apegada a su madre cuando ella murió en 1905 en Grafton, West Virginia. Junto con su hermana ciega, Elisinore, sintió una gran pena con su pérdida. Entonces Anna se dio cuenta de que los chicos usualmente no demostraban el aprecio a sus madres mientras aún vivían y decidió hacer algo. Tenía la esperanza de que un Día de la Madre estimulara el respeto por los padres y fortaleciera los lazos familiares.
Dos años después, en 1907, y con la ayuda de sus amistades, Anna comenzó una campaña por correo para tener el apoyo de ministros influyentes, hombres de negocios y congresistas para declarar oficialmente como festivo el Día de la Madre.
Como resultado de sus esfuerzos el primer Día de la Madre fue reconocido en una ceremonia religiosa el 10 de mayo de 1908 honrando a Mrs. Reese Jarvis, en Grafton, West Virginia, y en Filadelfia, Pennsylvania. Las flores favoritas de la señora Jarvis eran los claveles, que se utilizaron para adornar la ceremonia. Desde entonces los claveles rojos se convirtieron en el símbolo de las madres con vida, y los claveles blancos en el símbolo de las madres que ya partieron.
La primera proclamación del Día de la Madre la hizo el gobernador de West Virginia en 1910. Oklahoma también celebró a la madre ese año. Hacia 1911 este día especial se celebraba en cada estado y en lugares como México, Canadá, China, Japón, Sudamérica y África. En diciembre de 1912 se creó la Asociación del Día Internacional de la Madre con el propósito de promover el reconocimiento internacional del Día de la Madre.
Según los historiadores el antecedente remoto a esta celebración se dio en la antigua Grecia y Roma, hacia el 250 antes de Cristo, con festivales dedicados a las respectivas madres de los Dioses de cada mitología, Rhea en Grecia y Cybele en Roma. En Inglaterra estas celebraciones habrían sido adaptadas para venerar a la Madre de Cristo, la Virgen María, dándole forma a una celebración que es más parecida a la moderna. La gente asistía a la Iglesia de su párroco con ofrendas y hacia el siglo 16 algunos asistentes sociales comenzaron a dar obsequios a las madres en lo que llamaron el "Mothering Sunday".