Bélgica elige hoy a los representantes de las comunas y de las provincias del país con los ojos puestos en el partido Vlaams Belang (Interés Flamenco), separatista, de extrema derecha y xenófobo, que ha suscitado un gran aumento del apoyo popular en los últimos meses, particularmente en Amberes, la segunda ciudad del país. El todopoderoso partido de extrema derecha se perfila como el gran vencedor de las municipales, que llevarán a las urnas a 7,7 millones de belgas, obligados por ley a votar.
El secreto de la formación flamenca es su discurso directo. Mientras el resto de formaciones de la escena política belga pasa de puntillas sobre temas como la inmigración o la inseguridad, el independentista VB (sucesor del Vlaams Block, que cesó sus actividades en noviembre de 2004 a instancias de una sentencia judicial) y su hermano francófono, el Frente Nacional (FN) los llevan al corazón de su discurso y los explotan hasta la saciedad, apelando al miedo. Miedo al islam, miedo al desempleo, miedo a perder las propiedades. Y conectan. Las encuestas de intención de voto dicen que el VB logrará el 40% de los sufragios en Flandes y el FN, el 10%.
Conectan con los ciudadanos que cuando ponen el pie en la calle ven paisajes humanos que apenas reconocen y que no saben bien cómo interpretar. Los extremistas les ofrecen una lectura simplista y fácil de digerir: hay que rechazar al extranjero para poder conservar los logros económicos y los valores de la cultura occidental. Junto a la mano dura para atajar el crimen y la inmigración, la independencia de la próspera Flandes de la depauperada Valonia completa el núcleo del programa político del VB.
Incidentes racistas
En este escenario, Flandes ha sido escenario de varios crímenes racistas al estilo de los que desde hace años se han sucedido en el vecino Países Bajos.
Uno de ellos, ocurrido en el mes de mayo, acabó con la vida de una mujer malí de raza negra y del niño blanco al que cuidaba e hirió a una mujer de ascendencia turca y resultó ser obra de un adolescente miembro de una familia que pertenecía al núcleo duro del extremismo ultraderechista flamenco.
Otros incidentes también tienen las pistas del racismo en su firma, como el asesinato de un joven marroquí de 21 años en una discoteca, el incendio de una casa propiedad de una familia de la misma nacionalidad o el ataque que sufrieron dos extranjeros por parte de un grupo de cabezas rapadas en la también flamenca ciudad de Brujas.
El ascenso de la izquierda
También podría ocurrir que el eventual ascenso de la extrema derecha haya exacerbado los ánimos no sólo de los ciudadanos que claman por la tolerancia y la convivencia, sino también la de los votantes de formaciones de extrema izquierda, tanto en Flandes como en Valonia.
Según unas estimaciones publicadas por el diario La Libre Belgique, el marxista-leninista Partido de los Trabajadores de Bélgica podría incrementar su número de votos en las dos regiones e incluso lograr representación política en Bruselas. En Amberes, la encuesta le atribuye un eventual incremento del 1,8% al 3,5% de los votos.
Elpais
Miedo al desconocimiento, esto me parece una caza de brujas propia de la Inquisicion
.Esperemos q la ultraerecha no gobierne nunca en ningun pais Europeo,el contagio puede ser devastador
