¿Por qué una persona decide operarse por estética?

¿Por qué una persona decide operarse por estética?
Cada vez son más las personas que deciden realizarse una operación de cirugía estética para mejorar su imagen. Es importante que el cirujano sea objetivo ante la intervención y que no deposite falsas esperanzas en su paciente. No es recomendable realizar operaciones en personas muy jóvenes.

1. Los motivos para operarse
2. Ser realistas ante las expectativas
3. ¿Cuándo no es recomendable operarse?
4. Cuando un adolescente desea operarse

1. Los motivos para operarse

Cirugía. Los motivos pueden ser superfluos o responder a un verdadero complejo.

Cuando una persona decide operarse es porque se siente insatisfecha con algo concreto de su cuerpo y porque considera que con una operación de cirugía estética, conseguirá un cambio positivo en su aspecto físico y un mayor bienestar para ella.

La insatisfacción que estas personas tienen con su imagen puede deberse a diversos motivos: bien por su propia naturaleza, un accidente, el paso de los años y, en algunas mujeres, puede deberse a los efectos que un embarazo puede causar en ellas.

No podemos pensar en la cirugía estética sólo como algo frívolo a la que recurren muchas personas para tener un aspecto más exuberante, buscando unos pechos desmesurados o unos labios carnosos.

Entre sus objetivos, además de la belleza física, encontramos especialmente lograr en quien se opere una mayor aceptación de sí mismo o solucionar un defecto físico, que algunos pueden llegar a convertirlo en un auténtico problema. Un buen resultado de cirugía estética puede suponer, por tanto, un aumento de la autoestima y una mayor calidad de vida.

La propia naturaleza de cada uno puede ser en algunas personas motivo de angustia, según su personalidad o según se deje influir por la sociedad. Así, por ejemplo, una nariz o unas orejas tremendamente grandes son difíciles de aceptar para algunos y pueden ocasionar complejos y problemas de autoestima. En estos casos, operarse puede ser la solución al problema.

2. Ser realistas ante las expectativas

Las personas que se operan deben ser realistas, tanto con los resultados que se pueden obtener de la intervención como con los efectos que un resultado positivo puede tener en su vida.

No deben creer que con el cambio físico van a recuperar su pareja o a tener más éxito socialmente. El cirujano mejorará su aspecto físico, no resolverá sus problemas personales.

Los cirujanos deben explicar a sus pacientes todos los detalles de la operación, los posibles riesgos y complicaciones, la técnica que van a utilizar y ser muy claros ante los resultados que podrán obtener, deben ser realistas y no crear falsas expectativas.

3. ¿Cuándo no es recomendable operarse?

Los cirujanos deben detectar en sus pacientes aspectos psicológicos en los que no sea recomendable operarlos. Los motivos pueden ser diferentes:

- Las personas emocionalmente inestables no están en condiciones de ser operadas. Una persona inestable puede depositar falsas expectativas en la cirugía, creyendo que tras una intervención solucionará sus problemas emocionales. Además, es muy probable que no esté preparada para afrontar un cambio físico.

- Personas que tienen una percepción equivocada respecto a su problema, como les ocurre a las personas anoréxicas, o cuando existe una obsesión por mejorar continuamente la imagen, realizando sucesivas operaciones.

- Cuando el motivo no es realista. Personas que lo hacen para satisfacer a su pareja o para tener éxito social, o porque no están completamente convencidas o no tienen un objetivo claro y concreto de lo que desean mejorar.

- Si no están bien informadas. Han de saber que toda intervención quirúrgica conlleva una serie de riesgos. Si desean operarse deben conocerlos y aceptarlos, deben también estar informados sobre el postoperatorio y el tiempo que necesitarán para recuperarse completamente.

- Cuando lo hacen por parecerse a alguien que admiran. Personas que se dejan influir por la sociedad y por los modelos de belleza que la sociedad impone, al compararse con ellos y aceptándolos como únicos.

4. Cuando un adolescente desea operarse

Los adolescentes poseen un carácter por formar y una personalidad aún frágil. Por ello, es fácil que si alguno de sus rasgos físicos se salen de lo común, suponga en ellos un verdadero motivo de angustia.

Así, unos kilos de más, una nariz o unas orejas demasiado grandes, unos pechos muy desarrollados o muy pequeños pueden ser un problema para el adolescente. Suele ocurrir que si posee alguno de estos complejos, piense en una intervención de cirugía estética como la posible solución.

Los padres deben escucharles y averiguar en qué grado les está afectando lo que sus hijos consideran un problema. No deben darle una rotunda negativa, sino dejar pasar el tiempo con la idea de que conforme van madurando se vayan olvidando de su complejo.

Si les está produciendo verdaderos problemas emocionales o físicos, los padres deberían consultar con un especialista, con el fin de enseñarles a aceptarse así mismo y a valorar sus cualidades.

En el caso de que no sea así, que no logre aceptarlo y que realmente le esté ocasionando sufrimiento y angustia, tal vez deberían acceder a su petición cuando se trate de intervenciones en las que no se necesite una total madurez física, como puede ser una intervención para mejorar unas orejas muy grandes.

Cuando se trata de intervenciones de pecho, liposucciones o rinoplastias (reducción de nariz), la sociedad española de cirugía plástica recomienda esperar a los 18 años, salvo que esté justificada por un daño físico, como pueden ser los problemas de espalda en personas que poseen pechos muy grandes o problemas respiratorios si el tabique nasal está desviado.

Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar

Centro de Psicología Alarcón. Granada.