El City
PeterPaulistic@
   
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El Gesticulador incontrolable
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« : 26 de Septiembre 2006, 23:00:56 » |
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Las fuerzas de seguridad de Guatemala mataron a siete reos en una operación para retomar el control de una prisión que era gestionada desde hace una década por los prisioneros, quienes construyeron sus propias casas, restaurantes y tiendas. Alrededor de 3.000 policías y soldados irrumpieron en la correccional de Pavón con armas automáticas y se enfrentaron a los internos, que les arrojaron granadas y les dispararon con rifles automáticos.
"Hubo una resistencia inicial por parte de los reclusos que fue controlada en menos de una hora", dijo a los periodistas el ministro del Interior, Carlos Vielmann.
La prisión se encuentra en las afueras del pueblo de Fraijanes, a unos pocos kilómetros de Ciudad de Guatemala.
En Pavón, los reclusos vivían en casas con artículos de lujo y desde allí dirigían sus negocios ilícitos de extorsión y narcotráfico en el exterior haciendo llamadas desde teléfonos móviles.
Luis Alfonso Zepeda, un preso condenado por homicidio que encabezaba "comité de orden" nombrado por el grupo que controlaba la cárcel, murió en el tiroteo con las fuerzas de seguridad.
Zepeda ganaba alrededor de 25.000 dólares (unos 19.500 euros) al mes por extorsiones y comercio de drogas, dijo la policía. Su hijo Samuel vivía ilegalmente dentro de la prisión para ayudar con la dirección de los negocios sucios, pese a que ningún tribunal lo había enviado allí.
Los prisioneros habían montado laboratorios para producir drogas y licor dentro de la cárcel, de acuerdo con la policía.
"Es denigrante, inhumano, un desorden. Totalmente sin autoridad", dijo el presidente Oscar Berger.
LUJOS PARA PRISIONEROS
Los reos también construyeron sus propias casas en los terrenos de Pavón. Una vivienda de un narcotraficante colombiano tiene jacuzzi, dijo el director del Sistema Penitenciario de Guatemala, Alejandro Giammattei.
Algunas de las casas eran de dos pisos, fabricadas con madera o cemento, contaban con camas 'king size' y eran vigiladas por perros policía, dijeron testigos.
El "comité de orden" vendió a nuevos prisioneros escrituras de casas y alquiló espacios donde los reclusos montaron restaurantes para vender comida casera como estofados con tortillas. Tiendas controladas por los presos vendían bebidas y bocadillos comprados en el exterior.
"Los que viven aquí viven mejor que todos quienes vivimos afuera. Hasta bares tienen aquí", dijo el soldado Tomás Hernández, de 25 años.
Las fuerzas de seguridad comenzaron a vaciar la prisión y sus 1.600 reos serán trasladados a otras cárceles.
Pavón fue construida originalmente para 800 reclusos como una granja modelo en la que los prisioneros cultivaban su propia comida, pero su población creció con el tiempo y los presos comenzaron a construir sus propias casas sobre los terrenos. Madridpress
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