Canela
Moderador Area
PeterPaulistic@
   
Karma : 2172
Sexo: 
Mensajes: 3.753
Saber que existes me llena de vida.
|
 |
« : 21 de Septiembre 2006, 09:54:08 » |
|
Pues aqui estoy, esta vez con un poema de Angel Gonzalez cuya biografia os remito mas abajo para poneos al dia de quien es y a que se dedica. El poema que hoy remito es de su libro "A todo amor". He de decir por ultimo, que lo lei por primera vez hoy en un vagon de tren.
"Anoche soñe contigo y hoy te encuentro entre cartas perdidas"
Angel Gonzalez- Biografía
Poeta, catedrático y ensayista español nacido en Oviedo en 1922. Su poesía está llena de contrastes y discurre entre lo efímero y lo eterno, características que llevan al lector a divagar y soñar en los temas del amor y de la vida. Es maestro nacional, licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y periodista por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid. Enseñó Literatura Española Contemporánea en la Universidad de Alburquerque, U.S.A., habiendo sido profesor visitante en las de Nuevo México, Utah, Maryland y Texas. Ha sido galardonado, entre otros, con el Premio Antonio Machado en 1962, el Premio Príncipe de Asturias en 1985, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1996 y el Primer Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada en 2004. Actualmente es miembro de la Real Academia Española. De su obra se destacan los títulos: «Áspero mundo», «Palabra sobre palabra», «A todo amor», «120 poemas» y «Otoños y otras luces» editado en el año 2001
INVENTARIO DE LUGARES PROPICIOS AL AMOR
Son pocos. La primavera está muy prestigiada, pero es mejor el verano. Y también esas grietas que el otoño forma al interceder con los domingos en algunas ciudades ya de por sí amarillas como plátanos. El invierno elimina muchos sitios: quicios de puertas orientadas al norte, orillas de los ríos, bancos públicos. Los contrafuertes exteriores de las viejas iglesias dejan a veces huecos utilizables aunque caiga nieve. Pero desengañémonos: las bajas temperaturas y los vientos húmedos lo dificultan todo. Las ordenanzas, además, proscriben la caricia ( con exenciones para determinadas zonas epidérmicas -sin interés alguno- en chicos, perros y otros animales) y el «no tocar, peligro de ignominia» puede leerse en miles de miradas. ¿Adónde huir, entonces? Por todas partes ojos bizcos, córneas torturadas, implacables pupilas, retinas reticentes, vigilan, desconfían, amenazan. Queda quizá el recurso de andar solo, de vaciar el alma de ternura y llenarla de hastío e indiferencia, en este tiempo hostil, propicio al odio
|