En 2001, una mujer a la que su médico de cabecera le recomendaba visitar al ginecólogo tenía que esperar un máximo de medio año. Hoy, un lustro más tarde, este plazo se puede alargar hasta mes y medio más. Según un estudio presentado ayer, el tiempo que pasa entre la citación y la consulta con el especialista ha aumentado de 52,8 a 73,4 días. Tres semanas más de incertidumbre que los pacientes han de soportar. El estudio ha analizado las citas para 14 especialidades y para ecografías y mamografías. También alerta sobre demoras de tres y cuatro días para ver al médico general.
La Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid anotó durante algunos días, entre julio y septiembre, el tiempo que los pacientes de 36 centros de salud debían esperar para ver al especialista. Entre éstos se incluyen tanto los que reciben en hospitales como los que desempeñan su trabajo en los centros de especialidades. La comparación con los datos equivalentes recogidos en los mismos centros y en los mismos meses de 2001 aporta un balance desolador para la eficacia del sistema sanitario madrileño: en cinco años las demoras se han agravado notablemente.
Si hace cinco años una ecografía tardaba hasta seis meses, durante este verano se registraron retrasos de un mes más. Aún más preocupante es la situación de las consultas de urología, donde la espera máxima se ha multiplicado por tres. De las 14 disciplinas analizadas, el tiempo de espera ha disminuido sólo en dos: endocrinología y cardiología.
El plazo de 15 días recomendado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud como límite para tener cita en la primera consulta del especialista "se incumple amplia y notoriamente" en todas las especialidades estudiadas, señala el informe. Marciano Sánchez, presidente de la asociación autora del estudio, considera que el deterioro en la eficacia del sistema de consultas se debe a que el crecimiento demográfico y el envejecimiento de la población no se han visto acompañados de un incremento en los recursos que Sanidad dedica a la atención especializada.
Sánchez también achaca "mala gestión" a la consejería que encabeza Manuel Lamela por las diferencias geográficas que se registran dentro de la propia Comunidad de Madrid. El estudio explica esta desigualdad por la diferente dotación de especialistas de cada una de las 11 áreas sanitarias en las que está dividida la región. Mientras el área 9 (Fuenlabrada y Leganés) cuenta con 0,88 facultativos por cada 1.000 habitantes, esta cifra se duplica en el área 5 (articulada en torno al hospital La Paz). La media de la región se sitúa en 1,41 médicos por 1.000 ciudadanos. Sánchez recordó que el gasto sanitario per cápita de la Comunidad de Madrid, 1.017 euros, es el segundo más bajo de todas las Comunidades Autónomas.
El estudio también fija su atención sobre un problema evidenciado en 2005: las demoras para consultar al médico generalista. La Asociación por la Defensa de la Sanidad Pública ha analizado este aspecto por primera vez y ha detectado esperas de entre tres y cuatro días. Este factor "rompe con el principio de accesibilidad del sistema sanitario" y, según consta en el informe, es especialmente grave, ya que el recuento se realizó en los meses de verano, que no corresponden con los picos de demanda de otras épocas del año.
Fuentes de la Consejería de Sanidad eludieron comentar el estudio presentado y prefirieron remitirse al plan puesto en marcha en junio de este año para reducir la lista de espera diagnóstica. En el momento de presentación del plan, el consejero Lamela se comprometió a reducir "significativamente" los plazos de atención especializada.
La presidenta de la asociación Defensor del Paciente, Carmen Flores, recomienda a todos los ciudadanos a los que se les den citas con un plazo que no consideren razonable -"alrededor de un mes", puntualizó- quejarse por escrito ante la gerencia del hospital correspondiente.
"Cuando recibimos quejas en este sentido presentamos una reclamación y, en el 99,9% de los casos, conseguimos que le adelanten la cita al paciente", añadió Flores. "Estas esperas son un escándalo, pero no se solucionarán hasta que la gente se conciencie y reclame en todas las ocasiones", concluyó. En su opinión, la práctica que lleva a cabo la consejería de derivar algunas pruebas diagnósticas a clínicas privadas contribuye a la degeneración del sistema público: "En lugar de invertir en personal y equipos, están pagando importantes cantidades que deberían revertir en lo público".
Elpais
La Sanidad en Madrid va bien
