Todo mito es un conjunto de creencias, fuertemente cargadas de afectividad, que tienen la pretensión de ser verdades. Os destacamos algunos mitos aquÃ:
¿El alcohol es un estimulante sexual?
Es muy frecuente escuchar que "unas copitas de más", estimulan el deseo y animan a las personas a acercarse y a desempeñarse mejor sexualmente. Es indudable el efecto desinhibidor que el alcohol tiene, actúa sobre la corteza cerebral, disuelve prejuicios y monotonÃas y libera los centros inferiores del cerebro, donde radican los centros neurovegetativos y del deseo sexual. Sin embargo, deberemos señalar, que el alcohol tiene esos efectos, pero ingerido en escasa cantidad y por un breve lapso de tiempo. Cuando supera determinados lÃmites de dosis, el efecto es totalmente contrario, perturbando el deseo sexual, impidiendo una buena erección, produciendo trastornos eyaculatorios y en las mujeres, perturbando la capacidad orgásmica. El peligro del consumo repetido, es muy conocido. Muchas mujeres y hombres, hoy alcohólicos, comenzaron consumiendo alcohol para estimularse, desinhibirse y atreverse al contacto primero social y luego sexual. La repetición reiterada del procedimiento, termina lesionando los centros superiores y el hÃgado. El consumo del alcohol, ya no fue un medio, sino un fin en sà mismo.
Mitos sobre la eyaculación femenina.
En los últimos años del siglo, ha habido un creciente interés en el tema. Lo cierto es, que en la medida que aumenta la excitación sexual, aparecen gotas como de "sudor" en la mucosa vaginal. La vagina carece de glándulas; lo que aparece en forma de lÃquido, es producto de un "trasudado", es decir, en la medida que aumenta la vasodilatación, las arterias que bordean la vagina dejan aparecer en la superficie vaginal, el lÃquido similar al sudor, constituÃdo por plasma y células de descamación. Es más. Esta aparición de lÃquido, por producirse por vasodilatación, es el equivalente a la erección en la mujer. Es una señal prematura que aparece cuando la mujer se encuentra excitada sexualmente y no indica la necesidad de penetración por parte del varón. Algunos trabajos cientÃficos, se han publicado con casos aislados de mujeres que experimentaron fenómenos de tipo eyaculatorio. Éstos investigadores aseguran que encontraron evidencias de que "algunas mujeres eyaculan un lÃquido que contiene el producto de lo que denominan "la próstata femenina", refiriéndose con eso, al sistema de glándulillas parauretrales, incluyendo las glándulas de Skene. Algunos de esos autores, refieren que la eyaculación femenina se produce cuando se estimula el "punto G", que se encuentra en el techo del conducto vaginal, y que no es sino, el clÃtoris en su parte interna.
Ser homosexual, es ser "pasivo".
La palabra "pasivo", es una palabra -como muchas otras en sexologÃa- que posee desprestigio. Se cree que designa la actividad homosexual. Se suele ignorar, que una inmensa mayorÃa de homosexuales, no practica el sexo anal. Se niega a la penetración por ésta vÃa. Tiene mucho que ver, toda la epidemia de SIDA, claro. Pero lo que caracteriza un homosexual, no es la actividad anal. Es el tipo de orientación sexual, es con quien decidimos compartir los juegos amorosos en la cama. Es lo mismo que alguien decida penetrar al otro por vÃa anal, que sea penetrado analmente. Ambos -si son dos hombres los que están en éstas actividades- son homosexuales, independientemente de quien penetra a quien. Asombra comprobar, que muchos padres, sabiendo de la orientación sexual de los hijos, son informados de que éstos penetran; que no son penetrados. Esta información les produce alivio y creen, de tal manera, que no son homosexuales, porque penetran. Porque no son "pasivos".
La excelencia de la performance atlética o los rendimientos deportivos, son reducidos o afectados por efectuar el coito en las horas anteriores a las competencias deportivas.
La cantidad promedio de eyaculación, es de 3 a 4 ml., una pequeña cucharita de café. En función de las proteÃnas y grasas contenidas en el semen, la eyaculación promedio representa quizá, un valor calórico menor de 36 calorÃas. Por lo tanto, es convincente la evidencia, que una eyaculación normal no puede en forma alguna "debilitar"a un hombre, como lo han afirmado muchos entrenadores, sin duda alguna, en un esfuerzo para introducir "terrorismo ideológico" con la finalidad de provocar que los atletas descansen temprano y vayan a la cama solos, horas antes de la competencia. Además es un mito -muy extendido por otra parte- que la mujer que deglute semen durante la ejecución del sexo oral, engorda o queda embarazada, o tiene alguna consecuencia de daño corporal.
