Un articulo del Correo
MARÍA MAIZKURRENA
Nicolas Sarkozy, ministro de Interior francés, ha acusado al Gobierno español de haber causado la avalancha de inmigrantes que está produciendo una crisis en las islas Canarias. «No se puede decir a Europa que yo decido por mi cuenta regularizar a 500.000 inmigrantes clandestinos y luego pedir socorro cuando se trata de asumir las consecuencias de estas regularizaciones masivas que ejercen el efecto llamada»
Louis Michel, comisario europeo de Ayuda humanitaria, al contrario que Sarkozy, afirma que el 'efecto llamada' está en los países de origen. Sarkozy tiene mucho cuidado en no presentarse como un 'liberal', cosa muy mal vista en Francia, por la vertiente económica del liberalismo, claro, y lo que hace es atraerse a los franceses fundando en la inmigración como problema una de las claves populistas de sus discursos.
¿Quién tiene más miedo a los inmigrantes? Quienes los ven como posibles competidores a la hora de encontrar trabajo. Quienes les achacan la anemia de los sueldos y la saturación de la Seguridad Social. Quienes tienen que sufrir en sus barrios las consecuencias de una inmigración que no se integra, que está desempleada, que genera guetos. Quienes padecen problemas de violencia o delincuencia 'importados'.
Esto apenas está empezando a suceder en España, pero, allí donde sucede, la percepción es que, en efecto, la inmigración es un problema. Y esa percepción se extiende rápidamente (y la extienden), tan deprisa como el miedo. Hoy predomina en las encuestas. El escritor Manuel Rivas afina al puntualizar que la inmigración en sí no es un problema, sino que hay problemas en torno a la inmigración (el principal, para él, la explotación de los trabajadores inmigrantes). Como el viento o las mareas, la inmigración es un fenómeno que forma parte de nuestro mundo y que nos proporciona energía, pero debemos gestionarla, organizarla y medirla.
Al contrario que el viento o las mareas, su causa no es natural, aunque es natural que las poblaciones humanas se desplacen; y comenzó hace mucho, cuando las potencias europeas sentaron las bases de la colonización y repartieron sus propios excedentes demográficos por todos los continentes.
Ahora, el Gobierno de España ha suscrito un convenio con el Banco Europeo de Inversiones y ha puesto en marcha un paquete de medidas económicas y comerciales para ayudar al desarrollo e industrialización del África subsahariana. Esperemos que funcionen, porque sólo eso podrá frenar la inmigración. Y, efectivamente, lo sea o no, pueda o no llegar a serlo, hay mucha gente que ve la inmigración como un problema. Para empezar, los propios inmigrantes. ¿Quién deja su casa y su tierra pudiendo vivir en ellas?

.......Cuando las barbas del vecino veas pelar ...........
