En general, las mujeres reaccionan de formas distintas a los estÃmulos sexuales. Existen diversas zonas sensibles en el cuerpo y cada mujer presenta diversas sensaciones cuando dichas zonas son estimuladas. Para hacer el amor, lo fundamental es una buena comunicación, con lo que se eliminan los temores, las ansiedades y se da rienda suelta al gozo y al placer. Es necesario que la mujer se comunique con su pareja de tal forma que pueda orientar la estimulación hacia las zonas de su cuerpo que mayor placer le dan.
Para lograr los mejores resultados, se debe buscar el ambiente más adecuado posible, eviten estar en lugares donde puedan ser vistos por otras personas, busquen un lugar donde ambos se sientan cómodos. El tiempo es un factor fundamental, hacer el amor no puede ser una carrera con el simple objetivo de hacerlo. Debe ser un momento de intimidad y tranquilidad para la pareja, donde exista un ambiente adecuado para la comunicación, las caricias y las fantasÃas.
A continuación presentamos una breve guÃa de las principales zonas erógenas en la mujer:
El cabello
Al jugar con el cabello de tu pareja se pueden producir diversas sensaciones de placer. Empieza deslizando suavemente los dedos entre su cabello, aplicando diversos niveles de presión sobre la cabeza de tu pareja.
El pensamiento
Las fantasÃas por sà mismas pueden producir el orgasmo en algunas mujeres. Para generar pensamientos eróticos, tu pareja debe decirte qué zonas le gustarÃa que sean tocadas, acariciadas y besadas. De esa forma, a través de sus deseos y sus gestos puedes saber si estás en el 'camino correcto'.
Los oÃdos
Los oÃdos tienen una serie de terminaciones nerviosas dentro y alrededor del mismo. Esas terminaciones nerviosas hacen que los oÃdos sean altamente sensibles. Para una adecuada estimulación es recomendable que le hagas a tu pareja un suave masaje con las yemas de los dedos, alternando con suaves caricias con los labios y la lengua.
La estimulación de la parte trasera de los oÃdos es especialmente agradable y puede ser combinada con ligeros soplidos y respiración en dicha zona.
La boca
Los labios son una de las zonas más sensibles del cuerpo, en particular el labio superior y la piel que se encuentra entre el labio y la nariz. Acércate lenta y delicadamente. Es recomendable ir besando alternadamente el labio superior y luego el inferior. Al mismo tiempo humedece toda esta área, desplazando la lengua alrededor de toda esa zona.
El cuello
La mayor parte de la tensión y el stress se acumulan en la zona del cuello. Un masaje es especialmente relajante y estimulante. Logra liberar tensiones y mejora el estado de ánimo para un contacto Ãntimo con la pareja.
La espalda
En la espalda se encuentra una alta concentración de terminaciones nerviosas. Desliza suavemente las uñas a lo largo de la espalda de tu pareja., con movimientos lentos y delicados. Acariciar la espalda de tu pareja con una pluma puede ser muy excitante también.La zona superior de los glúteos es una de las más sensibles. Hazle a tu pareja un masaje justo ahÃ, y verás cómo la tensión en su espalda se disipará, permitiendo que más sangre fluya libremente hacia sus órganos sexuales.
Los senos
Usa las palmas de tus manos para hacer movimientos circulares sobre sus senos.
Practica: Coloca una uva entre tus dientes y muévela con la lengua. Cuando puedas hacerlo sin romper la cáscara, quiere decir que ya sabes cuál es la cantidad exacta de presión que debes ejercer sobre sus pezones para causarle el mayor placer.
Puedes probar con deslizar un cubo de hielo sobre sus pezones, luego soplar y besarlos.
El estómago
Empieza por sus costillas creando una sensación de electricidad estática al colocar tu mano un centÃmetro por encima de su estómago, sin tocar su piel. Ella sentirá el calor de tu piel. Cuando ella menos lo espere, desliza tus dedos por su estómago.
Cuando cierre los ojos concéntrate en la parte inferior de su abdomen y acarÃciala con la punta de un pincel o brocha de maquillaje en lugares inesperados. Una de las formas más fáciles de excitar a tu pareja es sensibilizándola con una combinación de caricias que se alejen lo más posible de la rutina.
Los glúteos
Siempre que hagas comentarios agradables acerca de su trasero mientras juegas con él, considéralo una zona certera para el preámbulo a hacer el amor. Cuando ejerces presión en el trasero de tu pareja estás empujando su área pélvica hacia delante, lo que ejerce placentera presión en su pelvis.
La ingle
Con la palma de tu mano presiona toda su zona genital, alterando tu ritmo y presión. Luego imagÃnate un reloj: Con su clÃtoris a las 12, coloca tus dedos a las 4 y a las 8, donde se encuentran nódulos nerviosos muy sensibles. AcarÃciala con movimientos circulares y lentos.
Gradualmente estimúlala más directamente a ambos lados del clÃtoris. Luego desliza tu lengua de las 6 a las 12, pasando por encima del clÃtoris. Luego coloca tus labios alrededor del clÃtoris y disfrútalo.
El perineo
Todo lo original es excitante. La zona entre el ano y la vagina (el perineo) es normalmente territorio inexplorado, por lo que aventurarse hacia ahà es tan excitante. Además, el perineo está lleno de terminaciones nerviosas, ya que es de la misma piel que los labios vaginales. Aquà puedes acariciarla suavemente de arriba.
El Punto G
No te apresures a penetrarla con tus dedos. Sólo si el acceso resulta fácil, coloca tu dedo dentro de su vagina con la palma de tu mano hacia arriba y muévelo como lo harÃas si estuvieras llamando a alguien con el dedo para que se acerque. Asà estarás acariciando la parte interior de su vagina.
Esta zona, conocida como el Punto Grafenberg o Punto G, comienza a ponerse rugosa, a hincharse y palpitar. Eso significa que le gusta lo que estás haciendo.
La parte interior de los muslos
Piensa en el interior de sus muslos como el pasadizo a sus órganos sexuales. Al masajear la parte interior de sus muslos los labios vaginales se mueven, lo que a su vez estimula su clÃtoris.
Su excitación aumenta con la expectativa, asà que excÃtala, después aléjate un momento. Utiliza objetos inusuales, como ponerte un guante de piel, o prueba colocar un vibrador entre sus muslos para acelerar su pulso.
Los Pies
Los pies y dedos de los pies están llenos de terminaciones nerviosas, lo que los convierte en una de las zonas más sensibles de su cuerpo. Desliza una prenda de seda entre sus dedos y por sus pies.
Vierte miel sobre sus pies de modo que le haga cosquillas entre los dedos, luego lámela moviendo la lengua para arriba, para abajo, y de costado.
