¿Sabías que el estrés está acabando con tu vida sexual?
Recuerda que el estrés así como produce falta de deseo sexual, también puede hacer que otras personas se vuelvan hiperactivas cuanto más afectados se encuentren, y busquen en el sexo un desahogo, haciendo que el placer se limite para el afectado y su pareja.
El estrés hace que no compartas con tu pareja un momento íntimo, sino que uses al sexo como un objeto en el que desquitas tus frustraciones. Debes estar atento ante estos síntomas para detectar el problema y recuperar el deseo y el placer del erotismo de estos momentos.
Bajo los efectos del estrés la sexualidad está lejos de representar un placer, del erotismo romántico y del contacto íntimo.
El hacer el amor se transforma en puros movimientos mecánicos que sirven para la descarga de tensiones. Pero, la mayoría de ocasiones, sumidos en el estrés, no podemos diferenciar este comportamiento de las simples “ganas de estar con nuestra pareja”. Debemos tratar de reconocer ciertos rasgos típicos de la persona estresada para detectar el problema y hablarlo con toda franqueza y tranquilidad, buscando el momento idóneo para no herirla.
Dentro de estos síntomas, se encuentra el que generalmente la persona estresada no está interesada en los juegos sexuales previos que son tan importantes para lograr un buen encuentro. Pero el sexo mecánico está directamente orientado hacia el orgasmo, es puramente genitalidad, lo que impide “saborear” las sensaciones de excitación y de comunicación al hacer el amor con tu pareja.
Pero recuerda que no siempre se trata de estrés o agotamiento, tu pareja puede estar pasando por alguna crisis personal y es necesario que te detengas en el momento que creas conveniente hablar para solucionar las cosas. El diálogo es lo más importante en estos casos.
En el otro extremo del problema, se encuentra el desinterés sexual. Recuerda que el hacer el amor, no significa lanzarse sobre la cama rendido, buscando que el sexo sea una descarga que nos permita conciliar el sueño y dormir tranquilos. Este tipo de situaciones provocan que el deseo se destruya, y le quitan el espacio y el tiempo para la sexualidad.
Recuerda que cada persona tiene su propio mapa del placer y es lo mejor conocerlo, expresarlo, para poder recorrer sus diversos caminos.
Pero no siempre somos capaces de leer las señales que nos envía nuestra pareja para decirnos que estamos dejando que el estrés domine nuestra vida sexual, y para poder hacerlo, lo mejor es la exploración libre de prejuicios. Todos sabemos reconocer nuestras sensaciones de placer y debemos tratar de hacérselas saber a nuestra pareja.
Es hora de dejar de lado el sexo mecánico y prolongar los juegos previos que ayuden a descubrir nuestras zonas de placer y a disfrutar de la sensualidad y el erotismo sin tabúes, así daremos espacio no solo para la genitalidad, sino también para disfrutar un momento de verdadero placer, que realmente nos ayude a relajarnos, sin “estar ausentes”, ser agresivos o demasiado “exigentes” al hacer el amor.
Claves para aumentar la comunicación sexual:
- Hablar y escuchar, decirle a nuestra pareja dónde y cómo ser acariciado.
- Prolongar los juegos eróticos previos hasta que los dos hayan alcanzado un alto nivel de tensión sexual.
- Saborear la sensación de excitación.
- No simular un orgasmo inexistente.
- Prolongar el tiempo de penetración.
- Aprovechar el potencial erótico de todo el cuerpo.
- Liberar nuestras fantasía.
- Dejar de lado los prejuicios
¿Cómo salir del problema?
- Baja tus niveles de tensión, relajarse y entrar en contacto con uno mismo.
- El trabajo corporal es fundamental para descargar tensiones, es muy aconsejable hacer ejercicio físico por lo menos dos veces por semana.
- Una alimentación natural y equilibrada, dejar de lado el café y el cigarrillo.
- Si el problema persiste, se debe consultar a un especialista.
