Hay expectativas sobre la posición del PP en el envío de tropas españolas a Líbano. No son lógicas las cavilaciones de Mariano Rajoy. Todos los gobiernos europeos, incluyendo los países más importantes de la UE, como Italia, Francia y Alemania, son partidarios del envío de una fuerza multinacional en cumplimiento del mandato de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad. Sin embargo, los grupos mediáticos afines al PP están en plena cruzada contra la participación española, en la misma línea que los políticos populares directamente vinculados con la fundación FAES, que es el centro nervioso de las emisiones políticas de José María Aznar.
El radicalismo de Aznar se ha manifestado en reiteradas ocasiones como un extremismo respecto a la posición de George W. Bush en materia internacional. Aznar ha llegado a aconsejar el ingreso de Israel en la OTAN y la participación de la alianza en bombardeos en Líbano. ¡Casi nada!
Un asunto tan inequívocamente europeo, en donde los países más importantes de la Unión tratan de demostrar su capacidad de influencia internacional, después de la dejación de obligaciones en la antigua Yugoslavia, no encaja con la posición que algunos sectores del PP quieren tomar con el compromiso español en esta misión.
Se detecta un afán de revancha respecto a la posición que tuvo el PSOE en la guerra de Irak. La coherencia de ese planteamiento es imposible, puesto que no hay forma de acercar las realidades de la guerra de Irak y la de Líbano. Allí se trataba de invadir y controlar el territorio. En Líbano, lo que busca el mandato de la ONU es poner fin a la guerra/incursión de Israel en un país que ha quedado destruido.
El radicalismo de José María Aznar, resentido por haber sido el factor crítico del descalabro electoral del PP, está llevando a Mariano Rajoy a unos escenarios políticos que no solo no se entienden en el interior de España, sino que le van a promover a una situación de marginalidad sin ningún tipo de apoyo o conexión en el mundo occidental. Tal vez Mariano Rajoy quiera sobrepasar el radicalismo del gobierno de Israel, que tampoco ve con buenos ojos la presencia internacional en Líbano, que ha aceptado como un mal menor ante el fracaso de su ofensiva. Así las cosas, sería más adecuado que José María Aznar encabezase la candidatura del PP a las próximas elecciones generales, porque el papel vicario de su política al que se ve abocado Mariano Rajoy está rozando el esperpento: se le nota que desarrolla un guión que él mismo no ha escrito.
PD. Se anuncia una conferencia de “donantes” para el Líbano. Esta moda ritual que consiste, primero en destrozar el país y luego convocar a su reconstrucción. Un auténtico disparate. Hay que investigar las empresas concesionarias de cada redención de las infraestructuras después de una guerra porque puede ocurrir que quienes fabrican los obuses y las maquinas cementeras sean sencillamente los mismos.
Elplural
Mas razon q un santo
