¿Qué necesitas para tener buen sexo anal?
El sexo anal no es un práctica ligada solo a los homosexuales, sino que una gran cantidad de parejas heterosexuales lo consideran muy placentera y la realizan con frecuencia. Pero a la vez, es necesario recalcar la necesidad de tomar en cuenta, además, de las mínimas medidas tanto de higiene como de profilaxis, también reglas de comunicación, relajación y lubricación, que harán de esta práctica sexual verdaderamente placentera.
¿Cuáles son las reglas para el sexo anal?
Comunicación: Para que no se produzcan imprevistos o malos ratos es importante que hables de lo que “se va a hacer, antes de hacerlo” mientras tengan sexo anal. No quieras pasarte de juguetón, en el caso de los hombres, sorprendiendo a tu pareja penetrándola de golpe, no estará relajada, la penetración será dolorosa, sentirá un fuerte dolor que puede terminar cortando la relación sexual, e incluso ir más allá, creando una barrera para que tu pareja desee practicar o vea al sexo anal como algo placentero, sino como sinónimo de temor y dolor.
Te aseguro que esta situación no será nada divertida. Por eso es muy importante que te asegures de que ambos desean practicar el sexo anal, y que ambos al hacerlo disfrutan de él. No trates de imponer a tu pareja esta práctica sexual, que si bien puede ceder ante tus requerimientos puedes estar creando barreras sicológicas y emocionales que pueden incluso enfriar su deseo sexual, hacer que evite el mantener relaciones sexuales e incluso terminar con la relación.
La comunicación, el diálogo deben servir para que cada uno exponga su punto de vista sobre el sexo anal, y sobre el sexo en sí, para escuchar y responder, no para imponer.
Relajación: Toma en cuenta que tu ano está formado por dos anillos musculares, doblados en los esfínteres interno y externo. Tu esfínter externo, lo puedes controlar voluntariamente, y por ello puedes relajarlo como desees. Sin embargo, tu esfínter interno no está bajo control voluntario, y en el caso de que esté tenso, estará tirante, y si lo intentas forzar de algún modo lo constreñirás, lo que podría provocar que tú y el propio esfínter se tensionen cada vez más, complicando la penetración y haciéndola muy dolorosa. Por esto es muy importante que te armes de paciencia, que es una de las primeras premisas en el sexo anal, pues debes ir lentamente, lo peor que puedes hacer es presionar, porque no podrás disfrutar rápidamente, pues aminorarás el proceso por el que el ano se dilata para permitir la penetración. Incluso si forzas la situación puedes provocar un desgarro leve o más complicado en tu pareja, y acabar con toda posibilidad de practicar esta clase de sexo.
Lubricación: Recuerda que el ano no se lubrica, su función en sí no es sexual, por lo que es muy conveniente que para mantener relaciones anales utilices un lubricante, los mejores para este caso son los solubles en agua. No escatimes, utiliza una buena cantidad de él, no temas que son fabricados en estrictas normas de higiene y justamente con el objetivo de facilitar la penetración durante el acto sexual. Recuerda que mientras más lubricante uses, más confortable te sentirás.
Es muy importante que tomes en cuenta que si va a ser tu primera relación anal, recuerdes que las sensaciones durante la penetración serán intensas y extrañas. Es preferible que tu pareja explore tu ano con sus dedos, haciendo que te distensiones poco a poco, dando tiempo a tu ano a que se adapte y se dilate, talvez confundas las sensaciones que te provoque con movimientos intestinales propios, cuando tu pareja desliza tus dedos fuera de ti. Necesitarás de algún tiempo para descubrir y diferenciar esta sensación engañosa, de las sensaciones propias de una penetración sexual.
Para muchas parejas, el uso de protección a menudo aumenta la sensación de salud y limpieza, lo que ayuda en la relajación y el disfrute de la relación.
Tampoco se puede desconocer que el sexo anal, sin las medidas de prevención, a más de las enfermedades venéreas, puede provocar el contagio de ciertos parásitos intestinales, que pueden ser esparcidos por esta práctica. Por eso es muy importante que estés al tanto de este tipo de consideraciones y seas tú, de manera consciente de todos los riesgos y ventajas quien decida si quiere practicarlo o no.
Recuerda, que con esta consideración es necesario que también cualquier objeto que haya estado en contacto con el ano sea limpiado minuciosamente, desinfectado o deshechado, como en el caso de los condones, para que no tengan un contacto posterior con la boca o la vagina, trasladando estos microorganismos a estas zonas.
Si a pesar de todo este proceso, todavía estás insegura o inseguro, no te forces, y si ya estás en medio de una relación sexual, se ha producido la penetración y sientes dolor en tu ano, para. El sexo anal muy duro, forzado, estresa y posiblemente daña el revestimiento del ano, lo cual puede llevar a muy serias infecciones.
Te recomendamos que en esta situación pares de moverte, el dolor debe proceder del músculo de tu esfínter en el momento en que se dilata, y al detener la presión parará el dolor, puede ser que te relajes y reinicies de nuevo la relación, o detenerte definitivamente, tu cuerpo es el que mejor te indicará esto. Pero si no para el dolor a pesar de que se detuvo la penetración, entonces debes apretar un poco hacia fuera, lentamente, trata de relajar tu cuerpo, lavarte y aplicar un lubricante.
Si por alguna situación, después de una relación anal encuentras que tu recto sangra, acude sin demora al médico. Deja la vergüenza a un lado, recuerda que los médicos han visto muchos casos antes y que es una cuestión de rutina para ellos. Primero está tu salud.
Estar bebido y tener relaciones anales no es para nada recomendable, pues el alcohol adormece tu forma de percibir el dolor, y si se produce una lesión, y es de consideración, no reaccionarías ante el dolor que pudieras sentir, y la lesión podría complicarse.
Recuerda que cualquier relación sexual se disfruta mejor en tus cinco sentidos, de libre consentimiento y consciente de los riesgos, responsabilidades como también del placer que puede provocar.
